JochezkasntuRnalO

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Sharon escuchó un ruido al final del callejón y volteó para ver que era. Jackita La Zorra estaba al final del pasillo y venía con algunos amigos; los 60 fieles turros que habían pagado el alto precio de $45, no como aquellos idiotas de Rata Blanca que daban toques gratis…patético.

–¿La Zorra? ¿A qué se debe el placer? –Dijo Martin.

–Flaco, me contas ahora que haces con la pibas estas –dijo La Zorra.

–Aflójate la tanga –dijo Martin–. Vamos a resolver este problema

–Sí, acá, nosotros dos solos –la Zorra levantó los brazos y cerró los puños. Adoptó posición de combate.

–Cálmese, no hay necesidad de llegar a esto, podemos encontrar una solución diplomática –dijo Franco.

–No, vos cállate. Al fin algo de diversión –Martin avanzó. Algunos de los wachiturros agarraron a Sharon y a la Cheni y las arrastraron devuelta hacia el grupo de cumbieros. Ambos grupos se separaron, skaters de un lado y wachiturros del otro. En el centro solo quedaron La Zorra y Martin Lockara.

Martin dio el primer golpe. La Zorra lo intersectó. Le agarró el puño firmemente y le dio una vuelta al joven skater. Martin dio un codazo y La Zorra cayó de bruces al suelo. Luego dio una vuelta carnero e hizo que Martin perdiera el equilibrio. Martin se levantó de un salto y La Zorra golpeó con una patada, pero Martin atrapo la pierna de La Zorra en el aire y le pateo en la entrepierna. Jackita hizo una mueca de dolor, luego cortó el aire con su brazo y le volteó la cara a Martin. El skater dio un gancho que Jackita esquivó con un simple salto hacia atrás, luego ambos empezaron a darse ataques corporales, uno tras otro, algunos eran esquivados, otros eran intersectados, el resto lograba su objetivo y derramaba sangre de la cumbiera y del rockero. Entonces, Martin sacó dos baquetas de los bolsillos traseros del vaquero, y la Zorra sacó dos trinchetas de los bolsillos de su vaquero. Martin dio dos ataques directos con la baqueta, y La Zorra los intersecto a ambos con la trincheta. Luego Martin corrió hacia la pared, se impulsó con ella y dio una vuelta en el aire, a gran velocidad, de manera que cayó sobre Jackita. La Zorra arremetió contra el skater y lo lanzó contra la pared. Martin y Jackita comenzaron a cortar el aire, él con las baquetas y ella con las trinchetas, ambos tratando de alcanzarse con las armas.

Mientras la encarnizada batalla seguía, un wachiturro cortó las sogas de Sharon y de la Cheni. Sharon se levantó y observo la batalla. Deseaba entrar en acción, deseaba ayudar a La Zorra. Martin era muy rápido, era obvio que tenía una gran ventaja sobre Jackita.

Martin arremetió directamente contra las manos de La Zorra y la cumbiera intentó detener a Martin desde los brazos, grave error, ya que dejo que el rockero golpease a La Zorra en las muñecas, de manera que La Zorra soltó las trinchetas. Luego, Martin dio una patada en la cara a La Zorra. La cumbiera cayó finalmente al suelo, tendida. Martin dio un puntapié en el rostro a La Zorra, y la cantante rodo en el suelo, hasta que quedo tirada contra la pared. Martin se acercó, dispuesto a dar el golpe de gracia.

–¡Esperen! –una voz de mujer cortó el tenso silencio que reinaba en el callejón –¡No lo hagas! –Todos giraron a aquella voz. Una joven, de pelo negro azabache y ojos verde pasto se abría camino entre los wachiturros para llegar al centro, donde se desarrollaba la acción.

–¿Y esta quién es? –Gritó la Cheni. La muchacha volteó hacia la Cheni.

–Soy Romina. Deténganse, ya no sigan luchando –Romina levantó un sobre grande amarillo–. Tengo la grabación.

Martin bajó la guardia. Miró fijamente a Romina.

–¿Te la dió? Genial –Martin comenzó a caminar hacia el grupo de skaters. Todos los rockeros tomaron sus respectivas túnicas. –Damas y caballeros, gracias por asistir al espectáculo de hoy, pero me lamento que el show termina aquí. No se preocupen, pronto se vendrá el acto principal. Solo esperen. –Martin chasqueó los dedos. Los skaters se pusieron las túnicas y comenzaron a marcharse por una puerta que Sharon no había visto. La Zorra se puso de pie, dando tumbos. En el callejón solo quedaron los cumbieros. Sharon no comprendió lo que había sucedido. Entonces lo sintió. Sacó su celular y disco 094 80 45 67, no pudo explicarlo, pero sabía que era el momento de hacer aquella llamada. Un celular sonó detrás de Sharon. Era una canción de Gilda. Sharon se dio vuelta lentamente.

Jackita La Zorra sacó un celular del bolsillo y atendió.

Hola –Escuchó Sharon en su celular, al mismo tiempo que La Zorra movía la boca y decía <Hola>

La Pequeña Sharon Y La Invasión Del RockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora