Epilogo

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Al siguiente sábado, un frio silencio se expandió por la ciudad. Las caras estaban serias, ya no había wachiturros bailando en las calles y Sharon podía contar con los dedos de una sola mano los turros que andaban en la calle escuchando cumbia en alto. El colmo fue encontrarse con algunos amigos que iban escuchando con auriculares. Lo último que un wachiturro podría imaginarse era usar auriculares, pero ahí estaban, todos con los audífonos, asilados del mundo.

Sharon y la Cheni fueron, como casi todos los sábados, a Tanpa. Pero en el club de baile no había música. No había luces. Solo había una tarima con un micrófono y centenares de Wachiturros, el galpón estaba lleno de gente. Un flaco se puso en el micrófono.

–Amigos. Amigas. Esta semana, hemos sufrido una pérdida, una terrible perdida –dijo el flaco. En el fondo se escucharon llantos–. Los Wachiturros, la banda principal de cumbia villera, se ha separado. Y no hay señales de que vuelvan a tocar juntos. Pero por eso, necesitamos más que nunca que sean fuertes. Que se mantengan leales. El Rock nos ha invadido. ¡PERO NOSOTROS NO LES VAMOS A DAR NUESTRA CIUDAD! Por eso los invito a que nos reunamos aquí, en la Wachi–Cueva, todos los días. El encargado, Osvaldo, nos la ha ofrecido como cuartel general. Aquí podremos juntarnos a diario, a cualquier hora. Aunque los locos satánicos se hayan multiplicado, aquí se va a seguir escuchando música de verdad.

»Amigos. Amigas. Death Song va a salir mañana a nivel mundial. Pero nosotros no nos rendiremos. Nosotros tenemos buenas canciones, éxitos inolvidables. ¿Cómo olvidar “Ella Quiere Látigo”? ¿Cómo olvidar “Mamá me La”? ¿Cómo olvidar “La colorada”? Gente, nos ponemos las pilas. Vamos a armar una buena revolución acá.

Todos los wachiturros alzaron los brazos al aire. Pusieron música de Gilda y todos bailaron al compás de “No me arrepiento de este amor, aunque me cueste el corazón, amarte es un milagro y yo te amé, como nunca jamás lo imagine”.

Aquella noche, Sharon se agarró un buen pedo junto a la Cheni. Recuerda haber estado con unos flacos que también tenían alto pedo y haber hecho otras idioteces como bailar arriba de la barra.

–No te preocupes Sharon –dijo la Cheni–. Ya les vamos a dar una paliza a esos locos satánicos, mientras tanto, tomate un vasito de esta cosa que te pega…fa, no sabes cómo.

La Cheni le dio a Sharon un vasito con lo que Sharon reconoció como tequila. Sharon se tomó la botella entera. El baile termino a las 6 de la mañana, ya que la policía había sido llamada por un vecino. La joven Sharon llego a su casa y se tiro en el sofá. Al despertar, una noticia acompaño a la resaca de la Sharon, una noticia muy grave.

En la mañana del domingo, todas las radios transmitieron la misma canción, Death Song. El EP de la banda de rock punk Pizza Cruda alcanzo el puesto número 1 en la lista de los más escuchados en Estados Unidos, Inglaterra, España, Rusia, Argentina, Japon, Australia, Chile, Francia y Uruguay. Las ventas de discos de rock tuvieron un incremento del 78% al 96% y las de cumbia sufrieron una baja del 65%...al 42%. Todo estaba yéndose al carajo. 

La Pequeña Sharon Y La Invasión Del RockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora