La Señora Fú

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El lunes llegó junto a un extraño frío. Era un día ventoso y parecía que comenzaría a llover. Sharon no fue al liceo.

–¡Como que no fuiste al liceo! –La madre de Sharon gritó. Estaba furiosa.

–Cállate la boca y anda a buscar tu licuadora –respondió tajante la joven turra.

–¿Qué decís? ¡Si nosotras no tenemos licuadora! Sharon, tenes como 18 faltas y estamos a mitad de año. ¡No vas a repetir otra vez más, estas en 3º hace 3 años!

–¿Y vos que te quejas si ni siquiera terminaste el liceo? –Sharon prendió su computadora.

–¡Pero no importa, tenes que hacer lo que yo diga y no lo que yo haga! –Juana dio una vuelta carnero–. Me voy a la mierda.

La madre de Sharon se fue a la mierda. Sharon había comprado una entrada para ver a Jackita La Zorra, la plata se la había robado a Mateo. Se sentó en el sillón y miró por la ventana que tenía detrás. Firulais seguía atado desde el sábado. Ese perro pulguiento, Sharon le había dado unas raciones de comida, pero no le importaba si aquel perro se moría, la única razón por la que lo tenía era porque la Cheni se lo había regalado.  El día transcurrió, lento, hasta que se hizo la noche. Sharon se pasó toda la tarde en la computadora, publicando estados en Facebook. A las 23:00 llego la Cheni a su casa.

–¿Estas lista? –le preguntó a Sharon.

–Vamos –respondió Sharon agarrando una campera de nilón.

Ambas turras emprendieron un nuevo viaje, caminaron por las destruidas calles de Montevideo y se tomaron un taxi que las dejo en la zona del puerto. Todo estaba igual, en decadencia. Las aventureras atravesaron el oscuro y laberintico callejón hasta que dieron con la rama que daba a la calle de piedra donde había muchos locales. Sharon divisó a Surrumba, el bar gay para viejos gordos a unos metros, Sharon se pasaría por ahí a dejar un mensaje si tenían tiempo y nadie las trataba de matar. Un poco más lejos que Surrumba, en la acera que estaba enfrente, había una carpa enorme. Sharon camino hacia ella.

La entrada era una cortina de cuentas violetas, que cuando Sharon las atravesó hicieron un ruidito como de lluvia.

–¿¡QUIEN ANDA AHÍ!? –Gritó una vieja. La Cheni se acercó a Sharon y le agarró la mano. Ambas wachiturras estaba muy asustada, pero aun así siguieron avanzando. Entonces, un bulto apareció de la nada. Eran sabanas y colchas, todas amontonadas. El bulto se elevó y repentinamente las sabanas y las colchas cayeron al suelo, revelando a una esquelética mujer. Tenía tanta pintura en la cara, que parecía un mapache. Llevaba un vestido con muchas capas, y usaba centenares de collares de cuentas y anillos de oro falso. La casamentera se acercó hasta la luz de una vela, donde Sharon vio que era tuerta; le faltaba el ojo izquierdo.

–Las Wachiturras siempre son bienvenidas en mi carpa. Identifíquense –dijo la casamentera con una risa maligna en el rostro.

–Soy La Pequeña Sharon Para Voss y ella es La Cheni Te Vacila.

–No, no quiero sus nombres falsos. Quiero sus verdaderos nombres.

–Aahh bueno…yo soy Sharon Fernández y ella es Samanta Díaz.

–¿NO QUERES MI CEDULA VIEJA DE MIERDA? –Gritó la Cheni, pero Sharon le encajó una cachetada.

–¡Aaah! Sharon Fernández, si tienes mucho que descubrir. Tus aventuras han sido increíbles, pero todavía tienes una cantidad de secretos por descubrir –la casamentera se sentó detrás de una mesita circular sobre la cual había una pequeña bola de cristal y un mazo de cartas. Luego hizo señas para que Sharon y la Cheni llevaran unas sillas que había por ahí y se sentaran junto a la mesa–. Los nombres confieren mucho poder a uno sobre otros. Nunca deben revelar su verdadero nombre a nadie, o terribles consecuencias pueden pasar. Aunque hoy en día, la gente ya no sabe el verdadero poder de los nombres ni tampoco como usarlos. La gente no cree en esto, piensan que son historias de fantasía.

–Y lo son vieja pelotuda ¿Qué pe te pensaste? ¿Qué la gente va a saber cuánto calza uno por el nombre?

–Samanta Díaz, hija de Marcela Pérez y Mariano Díaz, primera niña en tres generaciones de Díaz, tenes dos hermanos: Jose Cristóbal y Pedro Salsarral. Tenes 17 años, pero te encanta decir que tenes 18, no has tenido ningún novio, pero siempre decís que saliste con Damián Gañes. Tu canción favorita es “Corazón Valiente” y tu película favorita es La Saga Crepúsculo Luna Nueva. Y por cierto, calzas 44.

–CALLATE –la Cheni se abalanzó sobre la casamentera, pero Sharon la agarró y la empujó devuelta a la silla.

–Eso fue impresionante. Señora…

–Dígame Señora Fú. Revelarte mi verdadero nombre podría ser catastrófico. No se preocupen, sus nombres están seguros conmigo.

–Bueno, Señora Fú, hace unos meses vino un tipo y usted le revelo algo, una profecía sobre una supuesta Ultima Wachiturra De Montevideo. Necesito que me diga más.

–Hija, espere –la vieja saco una pipa de debajo de la mesa. La prendió y le dio unas pitadas. Su ojo se puso blanco. – Una viajera, largas distancias ha recorrido, pero su destino se realizara en su hogar. La llegada del grupo de extraños al mundo cambiará, la invasión y la canción todo lo definirán, y cuando la banda mire a aquella que han rechazado, la batalla iniciará. Ayuda de todos lados vendrá, e incluso los más grandes en esta batalla sus rostros presentaran, pero al final, solo un género prevalecerá o el destino de la música en Montevideo de un hilo dependerá. Solo la última wachiturra de Montevideo al enemigo de la cumbia enfrentará, la decisión definitiva tomará y al final, la victoria eterna solo uno reclamará.

La vieja saco un sobre y se lo entregó a Sharon. La wachiturra lo abrió y se encontró con una versión escrita del poema.

–Y esa es la profecía completa. No puedo revelarte más, estaría interfiriendo con el destino de los hechos. Pero tienes todas las pistas, toda la ayuda. Solo debes discar.

Sharon recordó entonces el número que le habían mandado por Facebook. La wachiturra sabía que la vieja no tenía más información.

–Gracias –dijo. Luego se levantó y comenzó a marcharse.

–¡Cuídese Sharon! –Gritó la vieja–. ¡La canción de la muerte saldrá dentro de poco! El resto…es historia.

La Pequeña Sharon Y La Invasión Del RockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora