Capítulo 2

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Cuando me convertí en mortífaga, mi madre y mi tía Cissy me llevaron hasta la casa del profesor Snape para explicarles la situación. Ah, también fui acompañada de Draco. Él debía saber que mi primo y yo habíamos comenzado a formar parte de los seguidores de Voldemort, y no unos simples seguidores sino unos mortífagos hijos de mortífagos que darían su vida por nuestro Señor. Yo más que Draco, aunque eso él jamás lo reconocería.

Al enterarme de que Hermione estaría apuntada a las clases del Profesor Slughorn, me apunté también para pasar tiempo con ella aunque fuera haciendo teatrales discusiones. Estando en la primera clase del curso, el profesor comenzó hablando de una poción llamada "poción de amor", y no pude evitar reírme al ver la divertida escena de todas las chicas de la clase caminando absortas hacia la pócima con una clara intención de llevárserla. Entre ellas, Hermione. Jamás hubiera imaginado que ella quisiera algo así. Cuando todas vuelven de nuevo a sus asientos, miro a Hermione con una cómica sonrisa y ella me reprende el gesto dándome un codazo en el costado.

Cuando terminamos la clase me acerco con precaución hacia ella y le hablo bajito para que nadie pueda oírnos:

-No hace falta que uses esa pócima conmigo, ¿eh?

-Tienes razón, ya te tengo comiendo de la mano -responde chasqueando la lengua.

-Uff, eso ha sido un golpe bajo.

Hermione suelta una carcajada y una de las chicas de la clase nos mira con incredulidad y pronto Herms sale del paso:

-Cada vez me hace más gracia tus fallidos intentos de burlarte de mi, Druella.

-Veo que voy a tener que entrenarme más -contesto yéndome de allí con paso altivo e imitando una falsa humillación por su comentario tan poco doliente.

Esa misma noche quedamos en un nuevo lugar que Herms ha descubierto, el famoso baño de los prefectos.

-¿Y este lugar? Nunca hemos estado aquí.

-La sala de los menesteres está ya muy visto, ¿no crees? Y el agua tiene buena pinta -indica metiendo la punta de su pie descalzo y después salpicándome de agua.

-¿Y el bañador? -me hago la pensativa.

-¿Acaso hace falta?

Comienza a desatar el nudo de su corbata y en seguida capto a lo que se refiere, aunque tampoco había que ser muy lumbreras para saberlo.

Definitivamente, Hermione ha cambiado mucho este verano.

Comienzo yo también a quitarme la ropa, acercándome lentamente hacia ella, y cuando la tengo cerca termino por desvestirla, mientras ella hace lo propio conmigo. Nos tenemos completamente desnudas una frente a otra, sin ningún tipo de pudor. Nos cogemos de la mano y juntas nos adentramos en la inmensa bañera que da nombre a esta sala escondida y que muy pocos conocen que existe. El agua está caliente, el vaho sale casi por nuestra piel. Comenzamos a besarnos con una lentitud y tranquilidad extraña en nosotras. Los dedos de nuestras manos, ya arrugados por el agua, suben y bajan por nuestros cuerpos, entrelazándose muchas veces y perdiéndose por el camino en muchas otras. Permanecemos durante media hora así, con los ojos cerrados y disfrutando simplemente de este momento de paz, silencio, tranquilidad. Por un momento parece que el mundo ha desaparecido y solo ha quedado este baño y nosotras dentro, sin importarnos absolutamente nada lo que haya pasado. Lo hemos vuelto a hacer. Después de dos meses, hemos vuelto a crear nuestra pequeña burbuja donde ningún ruido del exterior nos asusta ni interrumpe. Beso su hombro tímidamente y apoyo mi cabeza sobre él. Hermione me abraza con dulzura enterrando su rostro en mi cuello.

No se cuánto tiempo permanecemos así.
Quizá horas.
Quizá minutos.
Para nosotras fue un tiempo infinito.

Con la sangre no se juegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora