Capítulo 17

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*Druella*

Desde el día de la ruptura no había vuelto a encontrarme con Hermione cara a cara. La sensación ha sido bastante extraña, era como si no nos conociéramos de nada, pero conociéndonos perfectamente. He tenido que reprimir las irremediables ganas de besarla, y no sé si ella habrá sentido lo mismo. Por un momento, me pareció que contrarió el gesto y se fijó en mi boca, por eso me marché tan de repente, no quería tener que explicarle cómo mi labio había acabado con sangre. Aunque por otro lado, esa "espantada" repentina ha podido crear en ella una sensación de que no quiero saber más nada de ella, algo que es totalmente falso porque quiero con todas mis ganas arreglar las cosas con Hermione, pero no sé cómo hacerlo, y quizá este encuentro ha sido una oportunidad perdida... Merlín, me estoy volviendo loca. Será mejor que me olvide de lo que ha pasado, haré como que no nos hemos encontrado esta noche y ya está.




*Hermione*

-Que no, no insistas. No pienso ir a la fiesta y encontrarme allí con Druella.

-No tienes por qué hablar con ella -me sugiere Harry, que lleva un rato insistiendo para que vaya a la nueva fiesta que el profesor Slughorn ha organizado.

-No es el hecho de hablar con ella, es el simple hecho de verla.

-Y ¿qué piensas hacer todo el curso? No puedes estar esquivándola todo el rato, es imposible, y más aún yendo a las mismas clases, y tú jamás faltarías a una clase.

-Lo sé, pero por eso mismo. Ya suficiente tengo con verla todos los días como para tener que verla también fuera del horario escolar. ¿No entiendes que es una tortura para mi?

-Claro que lo entiendo, pero la mejor manera de afrontar las cosas es haciéndole frente.

-Eso vale contra los enemigos, pero contra el amor de...

Callo antes de decir algo muy fuerte. ¿Es Druella el amor de mi vida? ¿Cómo saberlo? Solo tenemos dieciséis años y tenemos todo en contra. Por pura lógica Druella no puede ser el amor de mi vida.

-Olvídalo, Harry. No pienso ir.

Me dejé caer en el sillón de la sala común, desanimada.

-Piénsalo una vez más -me pide antes de marcharse para dejarme sola.

De verdad que no encuentro nada positivo en tener que ir a una fiesta y verme cara a cara con ella. Otra vez. Después del desplante de anoche. Fui una tonta por pensar que le he importado aunque sea algo como para preguntarme si me encuentro bien. ¡O al menos un buenas noches! Es que no dijo ni hola, y encima se marchó así de brusca como si no quisiera tenerme delante ni cinco segundos seguidos. ¡Tonta, tonta, tonta!

-Hey, Hermione.

Ginny me sacó de mis negativos pensamientos, tomando asiento a mi lado.

-¿En qué piensas? -pregunta intrigada.

-En que soy tonta... -murmuro con una voz casi inaudible.

-¿Qué? -suerte que no me ha oído.

-Nada, cosas mías.

-Oye, ¿qué te vas a poner para la fiesta?

-Otra... Que no pienso ir, ya se lo he dicho a Harry.

-Deberías ir, así sales de estas cuatro paredes y te despejas.

-Ginny, no puedo despejarme con ella delante.

Con la sangre no se juegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora