Con la sangre no se juega

Capítulo 6

Tras ese beso nos sentimos como dos extrañas que se acaban de conocer y no saben de qué hablar. No. Es peor. Nos conocemos demasiado bien como para saber que hemos cometido un error besándonos. Ni si quiera tenemos una razón por la que lo hayamos hecho. Se supone que nos odiamos, ¿por qué nos besamos? Y ¿por qué sigo teniendo ganas de besarla una y otra vez? ¿Por qué ahora me parece una chica guapísima? Quizá porque antes estaba tan empeñada en humillarla de mil y una maneras que ni me había fijado en ella. Y ella, ¿se habrá fijado en mi alguna vez o siente la misma confusión que yo ahora? No lo sabemos, y creo que no lo sabremos nunca. Hemos decidido poner punto y final a esto. No más besos, no más acercamientos, no más miradas, no más salvarnos, no más correr la una detrás de la otra. Haremos como si no existiéramos, como si nunca nos hubiéramos conocido.

Que estúpida soy mintiéndome a mi misma.

A ver cuánto dura este pacto...