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El sonido de tambores resonó por los alrededores de la casa Hwarang, lo cuál no pasó desapercibido.

-¡Todos al gran salón! ¡Muévanse!- gritó uno de los guardias.

Uno a uno los chicos dejaron de lado sus actividades para acudir al llamado.

Sin más remedio Banryu dejó de lado su espada para unirse a los demás.

Era la cuarta vez que entraba a aquel lugar y al igual que el primer día no sabía dónde sentarse.

-¡Banryu! ¡Por aquí!-lo llamó Yeo Wool, quién se encontraba sentado en la primera fila acompañado de Ji Dwi, Sun Woo y un chico al que no conocía.

-Ven, siéntate con nosotros.

Sin más opción se acercó tomando asiento a su lado, pero conservando su distancia.

Si bien Yeo Wool había mantenido su promesa de no mencionar el incidente con la hermana de Soo Ho aún no confiaba plenamente en él.

A decir verdad, no confiaba en nadie. Hace mucho había aprendido que confiar en las personas suele dejar heridas.

Nada más llegar todos guardaron silencio y cambiaron su expresión. Intentó ignorar el hecho de que no era bienvenido. Desde el principio sabía que no encajaba, y para ser honesto no le molestada. Ya estaba acostumbrado.

Lo que llamó su atención fue la mirada intensa del chico desconocido, quién no sabía o no le importaba disimular.

Yeo Wool, el más perceptivo de todos notó   la mirada de su nuevo amigo sobre el recién llegado

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Yeo Wool, el más perceptivo de todos notó la mirada de su nuevo amigo sobre el recién llegado. Se aclaró la garganta, captando la atención de ambos.

-Creo que aún no se conocen- comenzó a decir. - Banryu, este es Hansung. Hansung, él es Banryu.

Banryu miró en su dirección sin decir nada. La mirada de desagrado por parte del nuevo provocó que automáticamente cambiara su postura a una arrogante. Algo que sólo empeoró la situación.

Bien, no me importa. No estoy aquí para hacer amigos.

-Es el maestro Wi Hwa... - susurró alguien.

El murmullo de los demás provocó que todos, incluso el nuevo, miraran hacia enfrente.

El maestro hizo acto de aparición, provocando que reinara el silencio en el salón.

Se colocó en el centro de la habitación y comenzó a hablar.

-El palacio será sede del festival de acción de gracias. Pronto van a presentarles a la reina y al pueblo el don de la música y la danza.

Debe estar bromeando.

Al instante comenzaron los murmullos. La mayoría estaban sorprendidos, pero Banryu estaba molesto. Él no había aceptado formar parte de los hwarangs para ser una marioneta de la reina.

Hwarang's houseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora