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Durante toda la semana Banryu no volvió a escuchar nada de Soo Yeon y eso lo estaba matando.

A esas alturas la casa Hwarang era un desastre. Desde la aparición del extraño pergamino en el que se anunciaba que Sun Woo era el rey todo se había vuelto un caos.

Banryu entró al gran salón. Todos los hwarangs se encontraban murmurando entre sí.

De pronto, Sun Woo entró a la sala y tomó asiento en la parte trasera, provocando que se intensificaran los murmullos.

"¿Lo viste en la competencia de lucha?

Pensé que iba a orinarme en los pantalones.

De haber sabido que era el rey, hubiera sido más amable.

¿Crees que tendremos repercusiones por la manera en la que lo tratamos?

¿Quién se hubiera imaginado que un don nadie sería el rey?"

Desde su lugar Banryu era capaz de escuchar cada uno de los comentarios y sabía que Sun Woo igual. A pesar de ello, el chico miraba únicamente hacia al frente, ignorándolos.

Poco después entró el maestro Wi Hwa y todos guardaron silencio.

- Tengo algo importante que anunciarles-pronunció con voz firme, recorriendo las filas de hwarangs con la mirada- Esto no se trata de una tarea que aprobarán o reprobarán y no es una labor que deben realizar. Sin embargo, es algo que alguien debe hacer.

Todos continuaban en silencio y por alguna razón Banryu se sentía intranquilo.

-Baekje -El sólo nombre de ese reino provocó que algunos temblaran.-Quiere un hacer un trato con Sila.

De forma automática comenzaron nuevamente los murmullos. No había habitante en todo Sila que no conociera aquel reino y de su capacidad para hacer cenizas un reino entero en cuestión de días.

Incluso en la actualidad, los ancianos continuaban contando las atrocidades que aquel reino les hacía a sus enemigos. Y los años de temor y penumbra a los que se habían enfrentado los reinos vecinos, muchos de los cuales habían desaparecido del mapa sin dejar rastro.

- Baejke quiere hacer un trato por lo que la princesa Sookmyung irá como representante del reino. Por su parte, ustedes serán los guardianes y delegados tanto de Sila como de la princesa. Sin embargo, no les puedo garantizar su seguridad ni sus vidas.

El silencio se prolongó. El maestro Wi Hwa sabía que sería de esa manera y no los culpaba. Ni siquiera él estaba de acuerdo con la propuesta de la reina.

-Saldrán en tres días-continuó.-Tomaremos voluntarios en el patio mañana. Los dejaré pensar sobre esto hasta entonces- finalizó y se marchó.

El viaje a Baekje se convirtió en el nuevo tema de conversación dentro del palacio.

Banryu no pudo conciliar el sueño durante toda la noche. Las palabras de su padrastro aún se repetían en su mente.

"- Necesito que vayas a Baekje.
-¿Porqué debo hacerlo?
-Porque es necesario que te encargues de algo-continuó el hombre, ignorando su objeción. Extendió un sobre hacia él.-Dale esto en secreto al príncipe heredero de Baekje.
-¿Qué es esto?- Banryu observó el pequeño sobre con el sello de su padrastro.
-No necesitas saberlo, sólo has lo que te digo - se limitó a responder el hombre.- Debes asegurarte de que llegue a sus manos, ¿de acuerdo? De lo contrario habrán varios problemas."

Banryu se sentía perdido entre las filas de hwarangs reunidos en la sala.

-¿Han tomado una decisión?-la voz del maestro Wi Hwa lo trajo de vuelta a la realidad.

Ningún hwarang respondió.

-¿Están diciendo que ningún hwarang esta dispuesto a ofrecerse como voluntario?

Nuevamente, silencio.

De repente, la puerta principal se abrió, llamando la atención de todos.
La princesa Sookmyung hizo su aparición acompañada de Ah Ro, quién la seguía con la mirada hacia abajo. Ambas caminaron directamente a la parte central de la sala.

El maestro Wi Hwa se apartó, dejándoles espacio.

-El propósito de este viaje es crear una alianza con el reino de Baekjae- comenzó a hablar la princesa, su voz reflejaba firmeza y autoridad.-Los delegados únicamente irán como escolta. Aunque no puedo garantizar que regresemos todos con vida. Esta es la primera misión oficial de Silla para los Hwarang. Silla los necesita. Les garantizo que si regresan a salvo, serán recompensados con riquezas y honor, pero si fallan, tengan por seguro que Silla no será lo que conocemos.

Al no conseguir respuesta alguna, prosiguió:

-Mi doctora y yo llevaremos a un pequeño grupo-afirmó con la frente en alto.

Banryu creyó ver que la princesa miraba en dirección a Sun Woo, el cuál parecía estar conteniéndose.

-Preguntare de nuevo, ¿quién nos acompañará a Baekjae?

La mano de Sun Woo fue la primera en alzarse. La furia y determinación se veían reflejadas en sus ojos.

-¿Alguien más?

La princesa se veía satisfecha. Aparentemente su propósito inicial se había cumplido.

-Yo- la voz de Hansung se escuchó firme. El chico mostraba una determinación que sorprendió a más de uno.

-Yo también iré- se unió Soo Ho, hecho que sorprendió a Banryu.

- Y yo-alzó la mano Ji Dwi.

-Yo también-dijo de forma automática Banryu. Seguido de Yeo Weol, quién se veía nervioso.

-Bien, ustedes seis serán los delegados que escolten a la princesa Sookmyung.
Su misión es proteger a la princesa y establecer la paz entre ambos reinos, ¿comprenden?-les preguntó.

La princesa se veía satisfecha.

-Muy bien, partiremos dentro de dos días al amanecer. Asegúrense de no dejar ningún pendiente antes de partir.

Los nuevos delegados asintieron.

-Bueno, nosotras nos retiramos- pronunció mirando de reojo a Ah Ro. Ella no la miró. - De acuerdo, vámonos- le ordenó, la chica la siguió sin poner objeción. Banryu no entendía a que se debía su actitud tan sumisa.

Sun Woo estuvo a punto de tomar del brazo a Ah Ro pero Han Sung se lo impidió, negando con la cabeza. Sun Woo pareció comprender y se limitó a mirar como abandonaban la sala las dos chicas.

Sin duda, Banryu no dejaba de sorprenderse con las facetas que poseía Han Sung. La manera en la que podía pasar ser la persona más alegre a la más seria en cuestión de segundos no dejaban de sorprenderlo.

Al poco tiempo el resto de los hwarangs comenzaron a abandonar el lugar dejando únicamente a los seis chicos junto con el maestro Wi Hwa.

-Tal y como lo ha dicho la princesa Sookmyung, a partir de hoy tendrán dos días libres. Necesitarán prepararse y empacar lo esencial para el viaje.

Por alguna razón, el maestro Wi Hwa se veía derrotado. La mirada en sus ojos era tal que Banryu se preguntó si de verdad se trataba tan sólo de cerrar un trato o si en realidad era algo más...

-De igual manera, les recomiendo que se despidan de sus familiares, amigos e incluso enamoradas. No dejen ningún pendiente antes de marcharse - añadió, dándose la vuelta. Banryu creyó que no diría nada más hasta que agregó: -Ah, y una cosa más: que Dios se apiade de sus almas.

Hwarang's houseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora