Con la mente en blanco y sin dejar pasar más tiempo, se inclinó hacia ella y la besó con suavidad.
Soo Yeon jadeó, perpleja, pero cerró los ojos y se dejó llevar, y sintió que algo estallaba en su pecho y que un extraño hormigueo recorría todo su cuerpo.
Los labios de Banryu acariciaron los suyos con ternura mientras posaba tímidamente una de sus manos sobre su cintura.
Soo Yeon se dejó llevar, demasiado embriagada para pensar con claridad.
El contacto fue suave al principio, pero luego, como si necesitara más, Banryu se apoyó contra ella y la besó con ansiedad.
Banryu deseaba nunca parar, había imaginado tantas veces este momento que ahora que estaba sucediendo le parecía tan irreal.
Soo Yeon suspiró sobre sus labios y Banryu se sintió el hombre más feliz del mundo.
Esperaba poder transmitirle con ese beso todo lo que durante años no había sido capaz de decirle. Todos aquellos años en los que la había extrañado día y noche. Lo difícil que había sido para él dejarla. Y lo cobarde que había sido al mantenerla alejada de esa manera. Sin explicaciones.
Soo Yeon por su parte quería que él supiera que lo amaba, que era el único para ella, que siempre lo había sido. Que lamentaba no haberlo buscado, que no lo dejaría ir otra vez y que no lo culpaba por su forma de actuar en el pasado.
La velocidad del beso comenzó a disminuir, convirtiéndose en besos lentos y suaves.
Poco después, se separaron. Banryu la miró a los ojos y Soo Yeon le sonrío tiernamente con los ojos brillosos y las mejillas coloradas.
-¿Qué te tomó tanto tiempo?- le preguntó mientras se lanzaba a sus brazos.
Banryu la rodeó con los suyos y sintió que su corazón latía tan fuerte que creyó que se le saldría del pecho y en medio del abrazo pudo sentir el latir del corazón de Soo Yeon, tan desbocado como el suyo.
-Soo Yeon, hay tantas cosas que debo contarte y...
-Banryu, no te preocupes. Tendremos mucho tiempo para aclarar las cosas cuando regreses-le aseguró.
ESTÁS LEYENDO
Hwarang's house
FanfictionBanryu no había tenido opción. Cuando se trataba de su padre adoptivo, nunca la tenía. Y por ese mismo motivo ahora debía compartir habitación con otros cinco chicos. Sun Woo, el chico mestizo. Ji Dwi, el desconocido. Yeo Wool, el chico misterioso...