V - Instintos

310 27 5
                                    

Nick ladeó su cabeza hacia el lado contrario para cambiar de posición y me di cuenta de que la parte superior de mi pijama estaba casi sobre mis pechos, iba a levantar mis brazos para hacerle el trabajo fácil de sacarlo cuando un ruido irrumpió dejándome helada.

(...)

— ¿Qué fue eso? —susurró Nick sobre mis labios cuando dejé de besarlo e instintivamente miré hacia la entrada del cuarto.

— Es la puerta de la habitación de Marie —conocía los sonidos de mi casa y de quién provenían. Llámenlo instinto maternal o lo que sea—. Puede que vaya al baño —lo miré rápidamente y él me correspondió asombrado.

— Qué oído —asentí y me alejé un poco acomodándome el pijama, era demasiado peligroso seguir ahí y de esa forma con Marie dando vueltas.

— Voy a ir a verla —indiqué con mi mano la puerta para salir—. Buenas noches —pronuncié antes de que él dijera algo y salí juntando la puerta tras de mí—. Marie... —susurré antes de abrazarla, iba subiendo las escaleras a mi habitación un tanto perturbada—. ¿Qué pasó, mi amor? —me senté con ella sobre mis piernas y le acomodé el cabello para mirarla mejor.

— Tuve una pesadilla —me respondió bajito un tanto adormilada—. Un monstruo de nieve nos perseguía y el tío Nick no nos podía ayudar —soltó con angustia y me abrazó, la correspondí acariciando su espalda con una sonrisa, me causaba mucha ternura que Nicholas fuera parte de su sueño.

— Bueno, pero fue sólo un sueño, nada real —la conforté en un tono suave y besé su frente—. ¿Quieres que duerma contigo por hoy? —ella asintió de inmediato, así que sonreí y me puse de pie con ella en brazos para ir a su habitación.

Una de las cosas que la maternidad me había enseñado era que mi comodidad pasaba a último plano, algo un tanto obvio porque los hijos son lo más importante que tenemos en la vida, el tema es que me había dado cuenta de que todo eso iba acompañado con amor, me daba igual dormir incómoda, de hecho, prefería dormir incómoda si iba a tener a una de mis hijas, o a ambas, pegadas a mí toda la noche e iban a ser lo primero que viera al despertar. Marie se durmió de inmediato, era muy probable que no haya despertado del todo luego de la pesadilla, en cambio, a mí me costó un poco más conciliar el sueño. Nicholas estaba ahí, atascado en mi cabeza, haciéndome cuestionar mis sentimientos, lo que era correcto y lo que no. Me planteaba miles de escenarios en caso de que hipotéticamente nos diéramos una oportunidad, había miles de ataduras, desde la distancia hasta que básicamente era mi cuñado, al que jamás vi con otros ojos. Pero por otro lado sentía que con él las cosas podían ser mucho más sencillas, en el sentido de que Marie y Allie lo adoraban y me había demostrado que no existía alguien mejor que él para darles una imagen más paternal. Además, entre nosotros la química fluía exageradamente bien, nos entendíamos, nos conocíamos muy bien, sabíamos del dolor del otro, Nick había sido mi mejor amigo por años, entonces ese proceso que siempre encontré tedioso de conocer a otra persona que, probablemente, quizás, tal vez, termine siendo tu pareja, con Nicholas no era necesario, llevaba dos días en Londres y para mí habían pasado dos semanas, se me había hecho largo, pero para bien. Finalmente me quedé dormida pensando en qué habría pasado si Marie no hubiese despertado, sabía que Nick no tenía intenciones de frenar y si yo era sincera conmigo misma, debía reconocer que estaba totalmente entregada a que pasara lo que tuviera que pasar. Sentía culpa, por razones obvias, pero no me arrepentía en lo absoluto, Nicholas estaba descongelándome y haciéndome sentir cosas que había olvidado o simplemente no conocía.

***

La resolana me despertó, había olvidado cerrar las cortinas del cuarto de Marie. Observé el exterior y seguía nublado, sin embargo, las nubes no estaban tan oscuras como el día anterior. Miré el pequeño reloj despertador de Minnie que estaba en la mesita de luz, iban a ser las diez de la mañana y mi cuerpo pedía un vaso de néctar de naranja. Abracé a Marie y le di un par de besos, simplemente se quejó sin abrir los ojos, reí suavemente y me levanté dejándola abrigada, corrí un poco las cortinas y cerré la puerta de la habitación, luego de hacer lo mismo con Allie, para asegurarme que tuvieran un par de horas más de sueño por lo tarde que había terminado la celebración, bajé a la cocina por mi ansiado néctar. Cuando iba en las escaleras un familiar aroma a waffles me recordó que Nicholas estaba con nosotras, me asomé a la cocina y pude verlo de espaldas totalmente concentrado en verter la preparación de huevos en una wafflera, que ni siquiera recordaba la última vez que había usado, y a un lado tenía la cafetera lista para servir mientras tarareaba She de Elvis Costello, el Universo me quería dar un ejemplo de perfección. Vestía un jogging gris claro y un buzo azul marino abierto, estaba descalzo. Me quedé observándolo hasta que de la nada se volteó haciéndome pegar un salto, bajo aquel buzo llevaba una musculosa blanca bastante apegada a su anatomía, verlo así era una excelente forma de empezar el día.

White Christmas ➵ Nick Jonas/Joe JonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora