X - Algo Cambió

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Su rostro comenzó a acercarse al mío y quise dar un paso atrás, pero el cuerpo no me respondía, hasta que de repente escuchamos una lata caer seguido de unos pasos que se alejaron rápidamente. Nos miramos espantados, éramos unos idiotas, la casa por más que se sintiera en silencio, estaba llena de gente y era obvio que alguien nos había escuchado, y probablemente, visto.

(...)

— Por la mierda —murmuré llevándome una mano a la frente y Nick apretó los labios.

— ¿Te das cuenta que se está saliendo de control? —comentó apoyándose nuevamente contra el mesón con expresión neutra.

— ¿Qué cosa? —fruncí el ceño confundida—. Te recuerdo que has sido tú quien sigue insistiendo —dije quitándome el pequeño delantal para dejarlo sobre la silla.

— Liz... —pronunció llamándome, pero no le hice caso y salí de ahí. Necesitaba una ducha para poder cambiarme y relajar la mente.

***

— Mamá, ¿en esa foto yo estaba adentro tuyo? —preguntó Marie señalando una imagen donde salía yo durante el verano de dos mil doce en un bikini con un vientre bastante abultado—. Es en la piscina de la nonna.

— Sí, mi amor, es aquí y eres tú —sonreí terminando de armar su primera trenza mientras Allie estaba apoyada en mí observando los cuadros también.

— Era grande —rio y la imitamos.

— Es que faltaba muy poquito para que nacieras —expliqué. Probablemente esa foto era de julio y Marie nació a fines de agosto.

— ¿Hay alguna mía? —preguntó Allie sin soltarse de mi cuello y señalé una que estaba un poco más arriba, salía sentada en un sillón con Marie acurrucada en mi vientre, ahí estaba a días de dar a luz.

— En esa estabas a punto de nacer —reí con suavidad ante su expresión.

— Es más grande que la de Marie —carcajeó llevándose una manito a la boca.

— Porque ya querías arrancar de mí —la miré con falso dramatismo y volvimos a reír.

— Mami, nunca nos contaste del primer beso —recordó Marie mirando concentrada cada fotografía.

— Esa insistencia —sacudí al cabeza con una sonrisa mientras terminaba su otra trencita y le daba un empujoncito para que se pusiera de pie, así peinaba a Allie.

— Es que me acuerdo —se encogió de hombros y luego tomó una de las fotos más viejas del arrimo, era una que nos había tomado Nick a mediados de 2009, yo estaba subida en la espalda de Joe.

— ¿Quieres trenzas también? —le pregunté a Allie una vez que estuvo sentada frente a mí y ella asintió.

— ¿Dónde se besaron? —insistió la misma Allie mientras comenzaba a peinarla.

— Bueno, bueno... ¿Recuerdan esa foto que vimos el otro día? —señalé el cuadro donde yo salía con uniforme y él con el buzo del instituto y ellas asintieron—. Un tiempo antes de entrar a clases, que fue cuando nos tomamos esa fotografía, papá me invitó al Fair Park donde hay un parque de diversiones y una rueda de la fortuna llamada Texas Star, es gigante, la más grande del estado —sonreí un tanto boba al recordar aquel día, me había ido a buscar desde Westlake a Terrell, que quedaba a una hora o más de distancia, para luego manejar de vuelta a Dallas otra media hora—. Algún día vamos a ir, lo prometo —le dije a Marie, que sabía se moría por pedirme que la llevara, la conocía—. Bueno, nos subimos a muchos juegos, hasta que llegamos a la rueda de la fortuna, y cuando estuvimos en la cima, mirando toda la ciudad, él me besó —alcé las cejas con nostalgia ante la mirada fascinada de mi hija mayor, nuestra historia era muy cliché, pero la amaba—. Y así fue cómo sus padres, en ese momento mágico, se dieron cuenta que estaban enamorados —suspiré con una sonrisa terminando de peinar a Allie.

White Christmas ➵ Nick Jonas/Joe JonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora