Capitulo 2

1.7K 52 1
                                    

2.

*
La chica estaba girando con su vestido. Era hermoso, radiante. Le quedaba perfecto, ella sonríe. Supongo que es la emoción de su próximo casamiento, yo también la estaría. Contemplo su actitud, su estado sentimental y el precioso vestido que lleva.
-Karen, déjame decirte que se te ve fabuloso -dije mientras acomodaba mis manos en la carpeta y ella se miraba en el espejo.
-Gracias ____, jamás sabré como agradecerte.
-Con dinero -le interrumpió su casi esposo y yo esboce una sonrisa.
-De nada y con que te guste me agradeces. El pagó es sobre los materiales que se utiliza y el bordado.
-Lo siento -se disculpó el hombre.
Asentí y ambos fueron a la caja para empacar la pieza más importante para la mujer. Yo salí a tomar aire, estaba presionada por los próximos vestidos que teníamos que fabricar en tan poco tiempo. Me encuentro a Alex en el camino pero él va a su boutique. Sigo caminando. Esta haciendo bastante calor en Madrid, y no tengo idea a donde poder ir para desquitarme de este sofocante calor.
Divisó unas bancas cerca del parque , están solas. Apresuro mi paso y al llegar me siento cansada y bofeada. Mientras, trato de despejar mi mente viendo a las personas pasar, levanto levemente mi mano y la sacudo varias veces casi cerca de mi rostro. De izquierda a derecha, izquierda a derecha, barriendo aire de un lado a otro.
Cuando de repente lo vi; De pie como la primera vez hace 8 años. No ha cambiado nada. Sólo yo «creo». No sabía como acercarme, jamás lo había hecho.
Pero él sabe mi nombre, él sabe quien soy, más no sé. Tengo que comprobar si me sigue recordando. En el pasado lo hacía.
Suspiro y camino.
Uno..., Dos..., Tres..., Cuatro..., Cinco..., Seis..., Siete..., Ocho..., Nueve. Ahí estoy detrás de él, toco su hancha espalda y su delgado cuerpo gira hacia mi. El sol se ilumina en sus ojos.
Sonríe para mi.
«-Oh. Por. Dios. ¡Está sonriendo! ¿Me conoce? Joder, ¿por qué me cerque?»
Yo también sonrío de oreja a oreja y digo:
-Hola, ¿me recuerdas?
Cuando me di cuenta con quién venía quería desaparecer. Maldición, tal parece que mis absurdos sentimientos no se habían apagado y la llama infernal del amor había renacido haciéndose presente con el temblor de mis pies. Haciéndome parecer una gelatina y mi corazón estaba hecho una turbulencia. «¿Desde cuándo tendrá pareja?»
Sus palabras rompen mis pensamientos.
-¡Si! Cómo olvidarte -Me quedo maravillada ante su respuesta.
Estaba frente a mi primer amor de la adolescencia y no podía creer que aunque estuviese feliz de verle nuevamente, estaba triste porque tiene a alguien que lo ame.
-Lo mismo digo de ti -respondo a los segundos. Su actual pareja nos mira y yo me sonrojo; ¿se habrá puesta celosa? ¿De mí? Que patético.
-Mi amor, tenemos que irnos -le habla para que deje de mirarme y pienso que lo dice para que nos presente. Su voz es batante aguda. Lo bastante como para molestarte.
-Katherine ella es ____, una antigua... amiga -extiende su mano ofreciéndomela.
-Un gusto -le estrechó la mano y ella asiente.
-Creo que deberíamos hablar otro día -me dice devolviendo la vista hacia mi.
-De acuerdo.
Mueve apresuradamente su mano en el bolsillo del pantalón, su acompañante se vuelve a distraer tomando fotos y saca una pequeña tarjeta pequeña color blanco viejo para dármela. Le sonrío cuando me la entrega. Su pareja de da cuenta que seguimos manteniendo contacto visual y le aprieta el brazo. Creo que para apresurarlo o para que se controle.

Al final se fue. Pero antes de irse, empujó una oleada de aire hacia mi haciendo que mis fosas nasales ardieran en una gran satisfacción al contemplar su adorable colonia«penetrante». Me impresiona que su olor sea referente al de un hombre que es valiente y seguro. Mi alma cuelga de un hilo juntó a él, creo que el amor que alguna vez sentí se había apagado pero, no.

*

Ahora en mis manos tenía su número y no estaba segura si era buena idea contactarlo. Mis esperanzas nuevamente se encontraron elevadas, lo que dejé a medias en el pasado puede que esta vez funcione. Claro, sin su pareja. No soportaría verla sufrir por mi culpa, se puede decir que es un poco agradable. Excepto por el hecho de que su voz sea un tanto chillante.
Verlo a él era perderme en mis pensamientos como antes, comportarme como una joven de 17 años, todo era como antes: cuando me sentía feliz por absolutamente todo.
Una sola persona «Guillermo» me hacia sentir tanto y sólo en un día, era raro que yo me sintiese de esta manera algunas veces.

*

18:34
Mi vista estaba clavada a la tarjeta; mirando el número, repitiendo en la mente el número.
Contando los días que habían pasado desde que lo vi, preguntándome si él deseaba que lo llamara. Sonrío un poco al ver como mi gato maúlla, da tres vueltas y se va sacudiendo su colita amarilla

*

20:28
Veo la tarjeta nuevamente y después miró el teléfono, ahora estoy deseando llamarlo.
Estoy deseando escuchar su voz, pero, no me atrevo. ¿De nuevo estoy teniendo mis ataques de nervios? ¿Cómo? Si hace años que no me comportaba así.
¿Por qué este hombre viene y me tiene de esta manera a sus pies?
Sentí como los años me estaban consumiendo y pude brotar que las oportunidades que había tenido, las había desechado. Pero antes, tan sólo era una jovencita tímida que el muchacho que le atraía le hacía quedar muda y del que se enamoraba; la dejaba muerta en vida sin saber que hacer y esa jovencita ya creció. Yo ya no soy así.
Tomó el teléfono y marcó el número ya memorizado, a los segundos escucho esa voz que tanto esperaba:
-¿Si? -respondió con un tono de preocupación. Me percató de que le estuviese incomodando.
-Hola, soy yo _____, ¿te interrumpo Guillermo?
-Claro que -escucho un ruido fuerte a través de la línea- no... Sólo hacia unos... Planos.
-Si estás ocupado, en serio podemos hablar otro día.
-¿De verdad? -se escuchaba más calmado, tose un poco y sigue-: yo te llamo.
«Oh. Mi. Dios.»
-Me agrada tu propuesta -sonrío a través del teléfono y siento que él también- esperaré tu llamada.

*

Mis días de experimentar lo que es el amor joven que nunca murió tomaba un pausa ya que existen más cosas por las cuales debería preocuparme: mi trabajo.
Diseñar todo tipo de vestidos era una tarea agotadora, pero debo de admitir que muy linda. Aunque dolorosa pues yo no me he casado.
-Alex, ¿quién es la siguiente prometida?
Alex se ha convertido en mi socio y mi ayudante. Ser mejor amigo es su oficio después del trabajo.
Escucho los pasos hacia la puerta que lo conduce a la entrada, una mujer entra y mi corazón se detiene. Rápidamente me percato de que sea él su prometido.
-Katherine Acosta.

Hay dos cosas claras aquí.
Una: estoy ilusionada.
Dos: estoy aterrada.

Eres mi mayor recuerdo (willyrex y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora