Eres mi mayor recuerdo (willyrex y tú)

Capítulo 22

22.

Después de la fiesta nos fuimos directamente hacia la que sería nuestra nueva casa. Habíamos llegado a un acuerdo de comprar una antes xd casarnos, siempre había sido ese mi sueño.
Y lo cumplimos.
Subimos las escaleras entre besos y risas de la emoción. Guillermo y yo sabíamos que era lo que nos preparaba después de la boda.
La noche de bodas.
Llegamos al cuarto y me carga besándome descontroladamente y yo deseaba más, aún más. Es como si conociese una nueva parte en mi. Recordé esa vez que igual desee más.
Se balanceó en la cama con mi cuerpo y lo dejo allí, mientras se regresaba para cerrar la puerta, yo no veía que era lo que podía hacer... Solamente esperar a que llegara, se aflojó la corbata y sentí una pulsación dentro de mi que se transfería hacia todas las partes de mi cuerpo. Guillermo se sacó completamente la corbata tirándola en el suelo. Desabrocho los botones de su camisa sonriendo un poco al igual que yo. Se dejó lanzar hacia mi besándome nuevamente tratando de desvestirme el largo vestido.
-Habéis puesto demasiados botones, amor -dice entre besos sonriendo y le muerdo el labio.
-Para que juegues más -sonríe con picardía y sigue el juego.
Siento sus manos recorrer todo mi cuerpo, mientras me besa mis pequeños lunares del hombro, veo las sábanas blancas que he puesto el mismo día que amueblamos la casa, llegamos y no nos fijamos en nada.
Se que estoy deseando a Guillermo como jamás había deseado a alguien. Paso mis manos por su espalda lentamente y el jadea su cabeza hacia atrás. Ahora lo hago con fuerza y gime. Sonrío.
Momentos de destreza después, hemos concluido.
Mi muestra de pureza y virginidad han sido demostradas por la mancha roja que hay en la cama. Ambos recostados en la cama no dejamos de vernos. Noto que nuestras respiraciones están más agitadas de lo normal y sé que es por lo que acabamos de hacer... Sus mejillas están aún más rojas y me da la libertad de hacer lo que yo quiera con su rostro.
Y así lo hago.
-Gracias por dejarme ser el primero -dice besándome después la frente.
-Y el único.
Le susurro tratando de controlar mi sueño para poder seguir viéndolo.
Debo decir que la felicidad que me ha brindado Guillermo durante esta muestra de amor más notable después de un casamiento me ha fascinado. Es una nueva experiencia que jamás había descubierto anteriormente. Y me alegro que Guillermo haya sido el primero.
Pasa el brazo por mi estómago tratando de abrazarme y lo dejo hacerlo acurrucandome a la medida de su cuerpo y a la comodidad de su posición.
Noto que pasa un mechón de mi cabello, detrás de la oreja a medida de que cierro mis ojos retomando el sueño rápidamente del cansancio por el estrés de este día tan pesado y maravilloso para los dos.

***

Los meses después de la boda han sido soportables. Me refiero a que puedo soportar la presencia de Guillermo todo un día entero y dormir con él para el día siguiente despertar y verle el rostro de nuevo. Y no es molestia, es que en verdad me fascina verlo y que me sonría arrugando su pequeños ojos.

***

Mamá está conmigo en el trabajo.
Hoy se cumplen dos años desde que Alex murió. Debo decir que eso me mantiene en contraste ante mis sentimientos, de vez en cuando feliz y de vez en cuando triste. Porque aún parece que fue hace poco lo de Alejandro.
-Hija, te he dicho que estés vomitando mucho últimamente es difícil de comprobar y decir que te habéis enfermado. ¿Qué tal si estáis embarazada?
-¡Si! -digo emocionada.
Sale corriendo rápidamente por una prueba de embarazo. Regresa 20 minutos después.
-Toma -me dice y me la entrega en las manos-: anda y averigua que es lo que ocurre.
Le hago caso y voy hasta el baño.
Sacó la prueba de la caja y la miro, después veo hacia arriba deseando que Alex me ilumine dándome un hijo.
15 minutos después salgo del baño y mi madre desesperada está conmigo, en la misma habitación...
-¿y bien? -pregunta.
-¡ESTOY EMBARAZADA!
Grito de la emoción y Martha entra al cuarto preocupada. Le doy la excelente noticia y me abraza después de que mi madre también lo hace dándome pequeñas palmadas en la espalda expresando su sentimiento: lo feliz que me veía.