Capítulo X

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Amanda...

Llegué al apartamento y entré a darme una ducha enseguida.

Las clases han sido excelente, mucho mejor de lo que pensaría.

Encendí el agua tibia y comencé a lavar mi cabello.

- Amanda. - escuché a Mateo llamarme.

Escuché la puerta principal cerrarse y la del baño abrirse.

- Estoy aquí. - respondí.

- Nena, son las siete y cuarenta, debemos avanzar si queremos llegar a tiempo. - dijo.

- ¿A tiempo, a donde? - pregunté aturdida.

No recordaba tener algún compromiso para hoy.

Abrió la cortina de la ducha y entró con todo su esplendor.

- Vamos a cenar. - dijo mientras pasaba por mi lado para quedar bajo el agua.

- No recuerdo que me hayas dicho.

Ya anhelaba ponerme mi pijama y sentarme a estudiar.

Pero, salir con él sería una aventura, poder conocerle fuera del apartamento, ver su forma de ser.

Claro que aceptaría, llevaría esta relación a otro nivel.

Si es que se le puede llamar relación.

- No te lo dije, pero vamos a ir. Tu hermano manda.

¿Mi hermano? Esto es idea de mi hermano, claro. ¿Cómo carajos pensé que fue su idea?

- ¿Cuándo hablaste con él? - pregunté disgustada.

- Me escribió anoche.

Me hizo girar para poner acondicionador en las puntas de mi cabello.

- Pues, que sepa que no iré.

Me comencé a frotar el jabón por mi cuerpo fuertemente.

Me volvió a hacer girar para quedar frente a frente.

- Irás, nena, no me dejarás cenar solo con tu hermano. - dijo mientras frotaba se jabón por los brazos y luego el abdomen.

- No lo haré. - dije mientras seguía el movimiento de su mano por su cuerpo.

Acercó su rostro al mío, tan cerca que las respiraciones se mezclaban.

- No quiero que tu hermano me mate. Irás conmigo y luego tendrás lo que tanto quieres.

Juntó nuestros labios y yo pasé mis brazos por su nuca.

Dejé caer el jabón haciendo un ruido intenso. Nuestras lenguas seguían un ritmo torturador y el baño se comenzaba a nublar con el calor que emergía de nuestro cuerpo.

Dejó mis labios y habló.

- Llegaremos tarde, es mejor que avances.

Se alejó de mi y salió de la ducha dejándome necesitando más.

Será difícil tenerlo a mi lado cuando lo quiero dentro.

Me terminé de enjuagar y salí del baño envuelta en una toalla.

Él tenía unos jeans y caminaba por la habitación buscando algo.

- ¿Qué buscas? - pregunté.

- Mi perfume. - dijo buscando en la mesa de noche.

- Lo puse en el baño.

Me miró y bajo la cabeza antes de asentir.

Creo que se sintió un tanto mal de que yo recogiera sus cosas.

Es Mi DebilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora