capítulo 24

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*****Capítulo con contenido Lemon***

(JungMin)

Después de la presentación que realizamos, las chicas llegaban a mí para felicitarme, pero mientras esto pasaba no pude evitar ver a Elva sentada en la barra sola, así que, sin importarme que tenía a miles de chicas a mi alrededor, me acerque con el afán de molestarla

Jm - ¿Oye acaso  tienes edad para beber?

E - no tienes idea de todas las cosas para las que tengo edad

Jm - pobre niña, sin duda alguna sé que eres nueva en esto...

E - ja, ja, ja tu arrogancia no te permite ver qué clase de mujer tienes en frente, te apuesto a que una noche conmigo y no podrías conseguir olvidarte de mí.

Jm - jajaja.... ¡Vamos!, soy el sexy y carismático Park JungMin, yo dejo huella en cada chica, pero ellas solo son un trofeo para mí, no ha existido quien me conquiste con solo una noche.....

Y, después de un rato, al calor de la noche y las copas decidimos marcharnos. Llegamos a mi habitación de hotel, no podía contener el deseo que sentía por tenerla, no sé qué era, su aroma, su cuerpo o la manera en que me tocaba, pero deseaba hacerla mía, inmediatamente la levante y envolvió sus piernas sobre mi cuerpo mientras la llevaba a la cama y trataba de quitar su vestido al compás de sus besos que eran tan apasionante y tan tiernos a la vez. 

Poco a poco quite su ropa, hasta llegar a la cama, donde la acosté y mientras me deshacía de la poca ropa que quedaba, la vi ahí acostada con una linda mirada y un hermoso cuerpo, eh inmediatamente me recosté sobre ella besándola aún más y recorrí todo su cuerpo, primero con mis manos y después con mi boca, tratando de darle el placer que nunca había recibido, me excitaba mucho el hecho de ver que de pronto se estremecía con mis caricias. 

De pronto ella tomo el mando, y se colocó sobre mí y mientras me besaba recorría mi boca con su lengua, así mismo mordía, con la fuerza perfecta, mis labios. 

fue tanta mi excitación que no pude resistirme más y en ese momento la tome de la cintura y en un movimiento la hice mía, a lo que ella respondió con gran placer; sus movimientos eran perfectos, el compás que tomaba el movimiento de sus caderas hacían que el calor de la pasión subiera cada vez más, no podía creerlo en verdad ella era perfecta para esto, jamás sentí tan grande deseo por alguien, yo JungMin, el experto en chicas, estaba recibiendo una verdadera lección de lo que era el placer, sin duda alguna lo disfrute, hasta llegar al punto de olvidarme de mi.

Cuando reaccione quise corresponder tal pasión y placer que yo había recibido y, poco a poco, mis movimientos hacia ella fueron más placenteros, lo sabía por la forma en que gemía, me pedía más y se aferraba a mí, esto me excitaba cada vez más, hasta llegar juntos al final y con nuestra respiración acelerada solo pudimos murmurar nuestros nombres en señal de que había sido algo especial.

A la mañana siguiente, me sentía genial hasta el momento en que con mis manos la busque en la cama y al abrir los ojos, me di cuenta de que... Se había marchado

Maldición, por primera vez me sentí usado, pero, ¿cómo era eso posible? Esa chica de nuevo había jugado conmigo


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