Uno.

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Aquí llueve bastante —comentó Louis al otro lado de línea.

—¿En serio? —preguntó Harry sorprendido— Creí que en Los Ángeles estaba todo el día soleado.

Louis rió. El ojiverde creyó oír un coro de ángeles. Si, cursi. Pero solo con Louis, su Louis.

¿Cómo está el clima allí? —dijo el ojiazul refiriéndose a Londres.

—Aunque no lo creas, está soleado —contestó burlón y emocionado. Lo que provocó que su mejor amigo soltara otra carcajada.

Pide un deseo —bromeó.

«Tenerte aquí, ahora, conmigo. Juntos, para siempre» pensó Harry.

Negó divertido mientras sonreía. Nunca imaginó pensar algo tan cursi, y menos por su mejor amigo.

—Te extraño —suspiró pesadamente. Lo frustraba estar tan lejos de Louis.

Yo también te extraño, Harry. No te imaginas cuánto.

Y con solo esas simples palabras el rostro del ojiverde se iluminó y sonrió de tal forma, que sus hoyuelos se marcaron perfectamente. Aunque él sabía que Louis se lo decía como un mejor amigo, no podía evitar tener una pequeña esperanza que le hacía pensar que sus sentimientos eran mutuos.

Si unos meses o quizá un año atrás, Harry pensaba eso, estaba muy equivocado. Porque Louis estaba perdidamente enamorado de él, pero sabía que no tenía oportunidad, ya que: Harry no era gay —o al menos eso creía— y a él no le gustaban los compromisos y las responsabilidades que las relaciones conllevaban. Todo era un revolcón de una sola noche y listo. Por eso decidió pasar unas vacaciones lejos de él, para aclarar sus sentimientos y olvidarlo, y para dejar de sufrir también. Esperaba conocer al amor de su vida y pasar el resto de sus días con esa persona. Y que logre borrar todo sentimiento de amor hacia el rizado.

Regresaré en un mes, tranquilo —bromeó.

«Eso es mucho tiempo para mi» masculló para sus adentros Harry.

Durante una hora siguieron hablando de cosas sin sentido. La mayor parte del tiempo habló Louis, ya que le contaba sobre Norteamérica, sus costumbres, su gente. Harry escuchaba atentamente porque amaba su voz chillona y cuando le contaba cosas, la confianza que tenían entre sí. Podrían hablar horas y horas, nunca se cansaban. Pero solo el ojiazul lograba eso en el joven Styles. Digamos que no es muy amigable, y no le gusta socializar, aparte era muy difícil hablar con él. Mas con Louis era diferente, porque él era diferente. Era amigable, divertido, simpático y extrovertido. En cambio, Harry era un témpano, excepto con Tomlinson y sus otros tres mejores amigos.

Al cabo de un rato, tuvieron que dar por finalizada la conversación. Iría a un club a bailar y a conocer gente, por lo que le había dicho al ojiverde. Entonces surgieron los celos y la frustración. Celos porque Harry no quería que nadie tocase a Louis, que nadie lo bese, que nadie se atreva a mirarlo. Y frustración porque no podía hacerlo, no podría decirle a los demás que es de él —aunque no sea cierto-—. La distancia y su inseguridad no se lo permitía.

Si más preámbulos, se dispuso a dormir ya que en Londres era demasiado tarde, diferencia horaria. Pero no le importaba, no cuando se trataba de hablar con Louis y sentirlo lo más cerca posible. Era capaz de quedarse hasta las 7 de la mañana con tal de hablar con él.

Luego de despojarse de toda su ropa y quedarse solo en boxer —como acostumbraba a dormir—, se hundió en las sábanas y en la penumbra de su habitación. Y antes de quedarse profundamente dormido unos ojos azules como el océano se asomaron a sus pensamientos y le sacaron una sonrisa de idiota enamorado.

«Styles, estás jodido, pero de una hermosa manera» pensó y el sueño lo venció.

n/a: historia basada en la película "quiero robarme al novio".

Made of honor [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora