Epílogo.

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2 años después.

El cabello de Louis revoloteaba en muchas direcciones a causa del viento. Se sujetaba fuertemente de la cintura de Harry mientras él conducía –si, aún tenía la motocicleta, aunque al ojiazul no le gustaba, se había acostumbrado-. Se dirigían hacia la sorpresa que el ojiverde había preparado para su novio. Louis tenía una mezcla de emociones en su interior.

-Ya llegamos, Lou –anunció una voz ronca mientras detenía a Tina, el olor particular del mar llenó sus fosas nasales dándole a entender que se encontraban en la playa.

Deshizo su agarre del rizado y se bajaron. Harry se posicionó detrás de él, tomándolo de la cintura, para guiarlo, ya que Louis tenía una venda sobre sus ojos. Cuando se detuvieron el ojiverde quitó delicadamente la tela que cubría las orbes azuladas que tanto amaba y al dueño de ellas casi se le cae la mandíbula al ver lo que Harry le había preparado.

Se encontraban a unos metros del mar, lo suficientemente lejos para que no se mojaran. Había un mantel a cuadros rojos y blanco sobre la arena. Al lado, había una canasta que, probablemente, contenía aperitivos y junto a esta había una manta bien doblada color azul marino. Todo estaba rodeado por pequeñas velas que combinaban perfectamente con la luz de la luna, dándole un toque ultra romántico.

-¿Te gusta? –preguntó Harry en un susurro, al ver el rostro de Louis.

 -¿Qué si me gusta? ¡Me encanta! –gritó emocionado dando saltitos, cosa que hizo reír al rizado.

-Entonces los chicos han hecho un gran trabajo. Ellos me ayudaron –explicó.

-Es... perfecto –suspiró.

Dio media vuelta para encontrarse con Harry sonriendo de oreja a oreja, marcando perfectamente sus hoyuelos, Louis los amaba. Sus orbes esmeraldas brillaban de felicidad y amor. Miró con mucha a ternura al ojiazul, y este creyó derretir. Sonrió abiertamente, luego tomó al rizado de la nuca y lo acercó hasta su boca para plantarle un suave y dulce beso. Louis quiso llevar el beso más allá, pero Harry no se lo permitió, porque se separó rápidamente con una sonrisa pícara y susurró en su oído:

-Aún es temprano para el postre, primero comamos.

Louis se sonrojó –como normalmente pasaba (muy seguido para su gusto) con Harry- y soltó una risa.

-Lo siento.

El ojiverde tomó su mano y se sentaron. Dentro de la canasta había un vino tinto, dos copas, de cena carne con puré de patatas, y de postre frutillas con chocolate. Al ver todo eso, el ojiazul miró con felicidad extrema a Harry, porque se había esmerado en preparar todo eso y qué saliera perfecto. Pero aún se preguntaba que traía entre manos.

Luego de terminar la cena y jugar un rato, Harry se paró e hizo que Louis lo imitara. Se acercaron un poco más al mar, el agua apenas rozándolos. El ojiazul miraba expectante a su pareja, detenidamente, la luz de la luna bañaba la parte derecha de su rostro haciendo que se viera más perfecto de lo que ya era, y, aunque no lo sabía, Harry pensaba justamente lo mismo acerca de Louis. De un momento a otro, el ojiverde ser arrodilló frente al ojiazul y tomó su mano izquierda entre sus dos grandes manos. El corazón de Louis comenzó a palpitar rápidamente mientras se preguntaba si estaba soñando y si era lo que el creía. Estaba boquiabierto, y demasiado nervioso.

-Louis William Tomlinson –dijo Harry mirándolo con una enorme sonrisa, aunque también estaba nervioso-, has sido el amor de mi vida durante dos años, y no puedo expresarte cuán agradecido estoy de que fueras tú y no otra persona. Me has cambiado completamente, de la cabeza a los pies con tu forma de ser. Me enseñaste a amar, a querer a otra persona que no sea yo mismo, me enseñaste a extrañar, a volverme loco, a tener sentimientos por otra persona además de mi, pero lo más importante, me enseñaste lo que es el amor; por eso quiero compartir el resto de mi vida contigo, no deseo hacerlo con nadie más, porque es a ti a quién elijo para acompañarme en mis buenos y malos momentos, como así quiero que tú me elijas a mi para acompañarte en tus buenos y malos momentos. Eres mi mejor amigo, mi confidente, mi compañero, el amor de mi vida, mi otra mitad, mi alma gemela, yo simplemente no puedo vivir sin ti. Sé que no soy la mejor persona del mundo, pero prometo amarte, respetarte y cuidarte como nadie. Porque te amo, te amo con el alma. Te amo eternamente, y perdón si digo que te necesito, pero no le temo al amor, gracias a ti. Te amo, Louis. ¿Aceptarías casarte conmigo?

Made of honor [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora