Capítulo 16

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Hector estaba esperando apoyado en la pared enfrente de la puerta de la discoteca, fumando un cigarrillo, cuando de repente, vió a Tam doblar la esquina, sus ojos recorrieron cada parte de su cuerpo; llevaba unos pantalones cortos de tiro alto azules marinos, con unas medias negras y una camisa de media manga blanca transparente, y en una mano, llevaba una americana negra corta.

Cuando Tam llego a la puerta de la discoteca miró a su alrededor, no le había visto, pero entonces, sintió una mirada detrás de ella, girandose para ver a ese chico de rulos castaños, mirandole con esa intensa mirada verde, mientras le daba una calada a su cigarrillo.

La mirada de Tam comenzó a examinarlo de arriba a abajo, llevaba una camiseta estrecha blanca y unos pantalones pitillos de cintura baja; 'realmente sexy' pensó Tam.

Con una sonrisa instalada en su boca se acercó a él, y cuando llegó a su altura, Hector expulsó el humo por la boca, haciendo cerrar los ojos a Tam, a la cual se le borró la sonrisa de un plumazo.

-Ya pensaba que no vendrías estrecha.- le dijó Hector con una sonrisa autosuficiente.

La mano de Tam se desplazó rápidamente a un lateral de la cara de Hector, el cual giró  la cabeza para que el golpe fuera menor, y cuando la mano de Tam estaba situada en su cara debido al impacto, Hector la agarro de la muñeca, sorprendiendo a Tam y atrayendola hacia él, y colocó la mano de ella sobre su corazón.

-¿Notas eso?- le preguntó Hector a Tam apoyando su frente sobre la de ella.

Tam al principió no lo comprendió, pero cuando presto un poco de atención, noto los rápidos latidos de su corazón y asentió a Hector mirando el suelo.

-A cada momento que estoy contigo se me acelera el pulso, y tu eres la única capaz de causar este efecto en mi, Tam- le dijó Hector mientras le agarraba de la barbilla y le levantaba la cabeza para conectar sus miradas.

Lentamente Hector se fue acercando a los labios de Tam, y cuando estaba sobre ellos, agarro el labio inferior de ella y lo mordio suavemente, mientras una sonrisa se escapaba de la boca de Tam.

-Bueno, ¿vamos a entrar ya a la discoteca o esperamos hasta que salga el sol?- preguntó Tam separandose de los labios de Hector.

-Oh no, no pensarias que ibamos a ir a una discoteca llena de chicos salidos que no pararían de devorarte con la mirada- le dijo Hector mientras empujaba suavemente a Tam para que se alejara un poco para poder mirarla - Y mucho menos según lo provocativa y sexy que estas hoy-

La sonrisa de Tam fue creciendo por segundos, y las comisuras de Hector al verla, se curvaron dejando ver sus hoyuelos.

-Vamos estrecha repelente, que al final se van a despertar tus papis antes de que nos movamos- dijo Hector comenzando a reir a carcajadas mientras Tam le daba un puñetazo de broma en el hombro, y el brazo de Hector rodeaba su cintura para que caminara pegada a él.

Nico no paraba de hacer círculitos con sus dedos en el cuello de Mía, mientras esta, respiraba su perfume, y movia de arriba a abajo su mano por encima de la espalda de Nico, el cual solto un largo suspiro.

-Me mata verte así pequeña- le susurro Nico en el oído.

Mía sonrio sobre su cuello, y parando de mover su mano sobre su espalda, se acercó al oído de Nico.

-No sé que he hecho para tenerte, pero tengo muchisima suerte, y no te voy a dejar escapar nunca- le dijó Mía mientras le daba un beso en la mejilla.

Nico cogió a Mía sobre su hombro, de tal forma que la agarraba por las piernas y sus brazos colgaban por su espalda, mientras ella reía a carcajadas.

-Venga, que voy a llevarte a casa, que ha sido un día muuuuy largo, y tienes que descansar- dijo pellizcando suavemente la cintura de Mía. -Además empieza a hacer frío.

-Eso es lo que pasa blandengue, que el niño tiene frío- gritó Mía explotando en una carcajada. -Me lo podrías haber dicho princeso, que nos hubieramos ido antes a casa- le dijo Mía comenzando a llorar de la risa.

-Já, já, muy gracioso eh, ahora te vas solita- dijo Nico bajando a Mía de su hombro y posandola en el suelo mientras se hacía el ofendido.

-Oh, venga Nicholás, que vas a coger frío princeso- dijó Mía volviendo a reir a carcajada limpia.

Nico paso el brazo por encima de sus hombros mientras empezaban a caminar.

-¿Es tuya?- le preguntó Tam acercandose a la moto, a lo que Hector asintió

-¿Me dejas llevarla a mi?- le preguntó Tam poniendo un puchero

Hector frunció el ceño y su gesto se volvió serio, pero segundos después se relajó dejando ver una amplia sonrisa con sus hoyuelos.

-No no, que aprecio mucho mi vida, cielo- le dijo Hector guiñandole un ojo, a lo que Tam resoplo enfadada.

Hector se acercó a Tam la cual se había girado, y desde la espalda le agarro por la cintura y acercó su boca a su oído.

-Si eres buena a la vuelta te dejaré llevarla, pero ahora te quiero llevar yo a un sitio- le susurro Hector con su voz más ronca de lo normal, que hizo que todo el pelo de Tam se erizara y se girara con una sonrisa.

-No se me va a olvidar, rulitos- le dijo Tam mientras caminaba hacia la moto y se sentaba en el asiento.

Hector se quedó sonriendo a la nada y pasados unnos segundos escucho la voz de Tam.

-Venga, o mis papis se despertarán- le dijo riendose mientras le guiñaba un ojo y Hector comenzaba a andar hacia la moto

-Lo inesperado-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora