El doctor salió de la habitación de la mujer desconocida, llegó hasta la enfermera que estaba por los pasillos.
—Lo que aun no entiendo es, ¿cómo es que no hayan avisado a la policía? — preguntó, pensando en aquella posibilidad.
—¿El doctor Gómez no se lo ha contado doctor Salierno? — pregunta con sorpresa la enfermera.
Erik la miró unos segundos en silencio con el ceño fruncido.
—N-no. No me ha dicho nada, exactamente ¿qué fue lo que pasó? — preguntó ahora totalmente interesado.
Ella asiente antes de comenzar a relatar.
—Poco tiempo después de tener a esta mujer aquí, queríamos comunicarnos con la policía. . . — hizo una pequeña pausa.
—Y luego, ¿qué pasó? — preguntó el hombre impaciente.
—Pero no pudimos hacerlo. — el doctor no entendía el punto. —Primero... lo intentamos por teléfono, solo que nos desviaron la llamada y nos contestó una voz extraña amenazándonos con eliminarnos si llegábamos a intentarlo.
El doctor Salierno se sorprendió, se esperaba todo menos eso.
Ella se dignó a continuar.
—La segunda vez, no habíamos hecho caso a las amenazas y el asistente anterior del doctor Gómez... — hizo otra pequeña pausa. —Cuando estuvo cruzando la calle para llegar a la otra acera donde estaba la comisaría, un coche casi lo atropelló. Después de eso recibió otra amenaza.
Erik estaba sorprendido con lo que había escuchado, ¿quién eran esos tipos y por qué no querían que sepan de la existencia de esa mujer?
—Luego de eso, no lo volvimos a intentar y el colega del doctor Gómez se asustó tanto, que se fue de aquí. — dijo negando con la cabeza.
—Vaya, debió ser espantoso... — comentó Erik.
La Enfermera asintió.
Después de horas de trabajo, Erik por fin llegó a su casa, estaba cansado, se sentó en un sofá y quedó pensando en lo que le dijeron esta mañana.
¿Cómo podrían hacer algo semejantes?
¿Cuál es la necesidad?
¿A caso es hija de un mafioso?
Cientos de preguntas rondaban por su cabeza, sin embargo no obtenía respuestas.
Se levantó yendo hacia la cocina para prepararse algo de comer, muy bien podía comer en la cafetería de la clínica, en cambio, prefirió hacerlo en su casa.
—Yo sé que despertarás, Sandra... — susurra casi en un suspiro. —Sandra ese será tu nombre, Sandra Salierno. Jajaja, se oye muy bonito al igual que tu rostro. — quedó sonriendo como tonto al recordarla.
—Debe de haber más que solo una cara bonita, quisiera saber cómo eres, quizás una mujer inteligente, una mujer sensata, carismática, tierna, dulce... bueno no debería de sacar conclusiones, debo de esperar.Luego de haber cenado fue a descansar debería de dormir así mañana estaría bien fresco, en cuando tenga que ir a verla y revisarla claro como médico debía de ayudarla, ese es su deber.
Pasado el tiempo el doctor Salierno no se dio por vencido, estudió el caso con profundidad, buscó nuevos tratamientos para que pueda responder correctamente y que su paciente volviera al mundo de los vivos, que pudiera salir de aquella oscuridad.
Aunque le habían dicho que no había posibilidad de que despertara, él no dejaría de intentar hasta lograrlo.
A penas pasada de las 6 am, Erik estaba listo para otro día con Sandra, bueno así lo decidió llamarla aunque ese no sea su nombre. Fue a la clínica haciendo su rutina de siempre al llegar, en el momento que llegó a la habitación de ella su corazón comenzó a latir de prisa como si quisiera salir de su pecho y no entendía el por qué.
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Joselyn: Revival
FanfictionNo siempre se debe confiar en supuestas muertes, cuando la vida siempre te dará sorpresas. ¿Qué pasaría sí, Joselyn no hubiera muerto? ¿Seguirá Gabriel pensado en ella? , ¿sentiría culpa? ¿Y si la víctima ahora sería Joselyn? Inspirada en el persona...