Capítulo 4: Recuerdos de Ella

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Iba corriendo en la noche con su respiración sumamente agitada por la corrida que estaba dando, aturdida corría por las calles de un barrio al que desconocía. Corría con temor su conciencia le estaba jugando en contra y eso la estaba atormentando.

Cruzando distraída un auto pasaba, pero frenó de golpe para no lamentar lo que sucedería, ésta gritó del susto al pensar que pudo ser atropellada. De inmediato el conductor la reconoce bajando rápidamente de su coche llamándola por su nombre, al reconocerlo, asustada corre hacia la misma dirección dónde iba apuntado antes de que se detuviera por culpa de aquel vehículo.

El hombre la llamaba una y otra vez mientras corría detrás de ella, ésta solo corría lo más rápido en que sus piernas le permitían. Temía ser atrapada, no quería volver aquel lugar, lo que quería era huir, huir de aquel tormento que estaba pasando por su cabeza en ese preciso momento y sabía cómo lograrlo.

Mientras corría entró a una especie de callejón aún podía seguir oyendo que la llamaban por detrás, sólo que esta vez era más cerca, no lo podía permitir, él solo la llevaría a su condena y ella no se dejaría regresar.

Comenzó a subir hasta llegar a una pequeña azotea de un edificio abandonado, estaba a punto de ser alcanzada, pero llegó al punto más alto que encontró. Ahí quedó parada mientras le advertía que no se acercara, respiraba muy agitadamente, hacía mucho tiempo que no corría de esa manera.

-No te me acerques, no te me acerques o... o me lanzo al vacío. - advirtió apenas por la falta de aire.

-Calma, calma. Ya, deja de huir, te tienes que entregar - dijo él, alzando su manos en acción de paz.

-Jamás... jamás volveré detrás de las rejas. - dijo de forma agitada recuperando el aire. - Primero me mato. - volvió a advertir.

-Joselyn por favor, permíteme ayudarte. - dijo tratando de no descontrolarse, ya había presenciado una escena como esa y no podía perder los estribos o empeoraría las cosas.

-No tú quieres hundirme, yo solo quería tu amor. - negaba con la cabeza mientras lágrimas amenazaban con salir y no lo podía evitar. - ¿Por qué te negaste a amarme? ¿Por qué todos se negaron a amarme? - preguntó ya en medio de un sollozo.

-Aún tienes el amor de tu hija, por favor te quiere. - aseguró Gabriel tratando de convencerla.

Se había dado cuenta que las cosas están siendo distintas a la última vez que había amenazado en suicidarse y eso lo estaba desesperando.

Temía a que ésta vez no sea una amenaza o un chantaje como la última vez.

-No te des por vencida Joselyn, lucha por ella, lucha por tu hijo. - trató de convencerla una vez más.

-No...- dijo apenas audible por el llanto.

Se oían sirenas de las patrullas que iban por ella, Joselyn los veía desde arriba haciendo que su llanto aumentara.

-Yo solo quiero amarte, a ti. - respondió sin verlo, soltando un sollozo.

-Joselyn, Joselyn calma. - trató que se calmara en cambio su llanto no paraba. - Te voy a demostrar que la vida puede ser diferente, no estás obligada a seguir haciendo daño.

-¿De verdad? ¿De verdad me ayudarás? ¿sin odios... sin rencor? - preguntó entre sollozos.

- Claro que sí, claro que te voy ayudar. - afirmó Gabriel convencido.

Joselyn: RevivalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora