Capítulo quince

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Brisa:

Recuesto mi cabeza en el pecho de Gastón y entrelazo nuestras manos. Hemos decidido aprovechar que Emma se ha dormido para recostarnos en el suelo de madera del muelle. El día está realmente hermoso y debemos aprovecharlo.

Lamentablemente, mañana debemos volver a casa. Me gustaría quedarme aquí por mucho tiempo más. Cuando cruce la puerta de nuestro departamento, habré vuelto a la normalidad. Volveré a sentirme insegura. Varias veces me he preguntado: ¿cómo se siente tener una vida normal? ¿Cómo se siente tener una vida sin amenazas? ¿Por qué no puedo vivir con seguridad? La mayoría de obstáculos que se presentan en mi camino, son bastantes repetitivos. Me refiero a las amenazas, ya que eso, lamentablemente, me ha sucedido en el pasado. 

Alejo todos esos malos pensamientos de mi mente y me concentro en cómo el pecho de Gastón sube y baja con tranquilidad. Me concentro en el sonido del latir de su corazón, combinado con el hermoso y tranquilizante sonido del movimiento del agua. Aquí hay demasiada paz y eso me encanta. Podría pasar horas así. Junto a él al aire libre, apreciando las caricias en mi cabeza que él sabe que me gustan. Con la calidez de su cuerpo y la calidez de los rayos del sol.

—¿Te digo algo? 

—Sí —respondo con los ojos cerrados. 

—¿Recuerdas esa vez, en la que me confesaste que estabas enamorada de mí? —Sus palabras provocan que abra mis parpados. Levanto mi cabeza de su pecho para mirarle.

—¿Esa vez en la que me alejaste cuando te besé? —pregunto y él asiente. Vuelvo a recostarme en su pecho—. ¿Cómo olvidarme? —Continúa con sus tranquilizantes caricias—. ¿Qué pasa con ello?

—No era cierto. 

—¿No era cierto? ¿Qué no era cierto? —le pregunto, ansiosa por su respuesta. 

—Te había mentido al decirte que le prometí a mi madre llegar para de la cena. —Vuelvo a levantar la cabeza de su pecho para poder observarle. «¿Por qué decirme eso si no era verdad? Claro... posiblemente lo inventó para poder irse lo más rápido posible de mi casa.»—. ¿Te das alguna idea de por qué te mentí?

—¿Para alejarte de mí cuanto antes? —le digo y por tercera vez, vuelvo a recostarme en su cómodo pecho. Recordar ese momento me incomoda bastante. No sé por qué me hace recordar eso. Fue un momento bastante humillante y triste. Un momento que quiero olvidar. 

—No —Me sorprende su respuesta. ¿Por qué mentiría si no fuera para alejarse pronto de mí?—. Me había gustado mucho el beso que me diste —detiene sus caricias para abrazarme—. Demasiado —aclara. Estoy algo sorprendida por lo que acaba de decir—. Por eso te dije que debía irme. Me sentía mal porque me había gustado y eso estaba muy mal. En ese momento salía con Sofía, por lo cual, sentía mucho cargo de consciencia al desear volver a besarte. 

—¿Hablas en serio? —le pregunto. Y si me pongo a pensar, es obvio que habla en serio. ¿Por qué iría a mentir, sino? 

—Sí —asiente—. No te lo diría si no fuera cierto —responde. 

—Y entonces, ¿por qué me alejaste? —Sé la respuesta a mi pregunta, es algo obvio, pero quiero que él me lo diga.

—Porque no estaba bien. Aunque me gustaba cómo besabas no podía seguirte el beso, estaba de novio —me responde y vuelve a acariciar mi cabeza. 

—Entonces, te fuiste porque te sentías mal por ello. No por querer alejarte lo más rápido de mí —Comienzo a trazar pequeños círculos en su estómago. 

—Sí, por eso.

Qué confesión. 

Y yo que pensaba que se había ido de mi casa horrorizado por haberle besado y confesado que le quería de una manera diferente a como él me veía a mí en ese entonces. Eso ha pasado ya hace mucho tiempo, y ahora que me pongo pensar... si yo hubiese sabido en aquel momento que el beso que le había dado le gustó, me hubiese puesto feliz, en vez de haberme pasado casi dos semanas en mi habitación, llorando y recordándome a cada rato que era una estúpida por haberme enamorado de mi mejor amigo. Pero bueno... uno no controla sus sentimientos.

Siempre Serás Tú #D2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora