Dream Machine (KOS Temporada 2. Tom Kaulitz Fanfiction)

Capítulo Cero. No Importa Si Eres Un Plebeyo o Un Rey

¡Al fin aquí está el primero! (en realidad no sé si podemos llamar a esto un capítulo, pero ¡hagámoslo!)

Les he preparado un vídeo (no sé editar y nunca lo había hecho antes, así que no sean demasiado duras, he hecho lo mejor que pude con lo que tenía...), así que espero que pongan atención acá arriba, me parece que queda bien también con Something New, pero YouTube me ha eliminado la versión con esa canción por asuntos de derecho de autor (sí saben cómo hacer para ponerlo...puede que lo suba).

¡Feliz primer capítulo!                                   ...y que empiece otra vez la aventura...

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

- ¿Te dije que odio la comida mexicana? – Me dijo después de comerse el segundo taco.

Mordía uno en ese momento, alcé la mirada hacia mi hermana y la atrapé observándome con los ojos redondos abiertos como si me quisiera reprender. Le eché un vistazo al taco frente a mi cara.

Sarah y yo hacíamos nuestra noche de chicas semanal aquí, en cada de Bill, pues a Sarah le resultaba un poco extraño dormir en donde sabía que Tom lo hacía normalmente. No la culpaba del todo, había gastado unos cuantos dólares en una colonia como la que usaba él y al menos unas tres veces a la semana rociaba la mitad de la cama con ella.

No era nuevo que los chicos se fueran de gira, pero para mí era nuevo pasar el tiempo a solas. Estaba acostumbrada a hacerlo, y después de que Tom tuvo que pedirme aquel estúpido favor...aprendí a llegar a casa y encontrarme una nariz húmeda esperando por mí cuando menos.

Bajé el taco sobre el envoltorio de papel y me cubrí la boca con una mano.

La cama estaba suave bajo nosotras, nuestro sitio favorito era exactamente su habitación. Nos tumbábamos en la cama y comíamos algo mientras veíamos una películo en la pantalla de su portátil.

- ¿Es en serio?

Fruncí el ceño, preguntándome si de verdad a Sarah no le gustaba la comida mexicana. El camión de tacos que visitamos esa noche no vendía nada malo, Court fue quien lo encontró y aunque no quisiera admitirlo, desde esa mañana se me metió en la cabeza la idea de comer algo con carne y tortillas.

Sarah bajó la mirada y observó su tercer taco sin decir nada. Para ella había días buenos y días malos, era difícil manejarlo, no había mucho que yo pudiera hacer además de alentarla a hablar; sabía que le costaba expresarse con palabras, lo suyo siempre fue dibujar.

- No, - respondió con la nariz arrugada, - la verdad es que creo que el único restaurante mexicano que conocía era de unos cubanos... - Admití.

- Cuando Court me llevó, - me limpié la cara con una servilleta, de algún modo logré llenarme de salsa, - pensé que sería agruras en una tortilla.

Sarah se estiró por otro taco.

- ¿Y no lo es? – Le pregunté.

Negué con la cabeza. Si había algo acerca de la noche de chicas que yo amaba más que pasar toda una noche de bromas y comentarios tontos con mi hermana menor, seguramente sería la oportunidad de librarme por unas horas de la vigilancia constante del guardaespaldas. Tom lo adoraba, le causaba gracia que me fastidiara, él ya estaba acostumbrado a ser grabado y seguido por todas partes. En Nueva York salimos del hotel rodeados por un grupo de hombres enormes que nos protegían de las fans más alocadas. Comprendía que Tom no tenía miedos mal fundados, y lo único preocupante del asunto era lo de acuerdo que él y mi padre estaban en algunas cosas.