Dream Machine (KOS Temporada 2. Tom Kaulitz Fanfiction)

Capítulo Dieciséis. Quieres Salir Con Alguien Más.

- ¡No sé! ¡No sé, Sarah! – Me quejé al fin.

Me sentía rara de estar sentada en la cama de Bill, aunque en teoría ahora era también de mi hermana. La habitación que compartían era una mezcla de objetos de los dos que en conjunto hacían ver el lugar como el hogar de un artista desordenado. La verdad era que se trataba de dos artistas desordenados, así que no estaba nada mal.

La pared alrededor del escritorio donde Sarah y Bill trabajaban en sus dibujos y diseños estaba cubierta por corcho y se mezclaban las creaciones de ambos en hojas delgadas que colgaban con gracia. La cama estaba hecha a la perfección y comodísima. De no ser porque Sarah rechazaba cada una de mis ideas, estaría alegremente acostada en su cama, en cambio estaba sentada con fastidio, viendo como la gata de su vecino dormía bajo la silla donde estaba mi hermana.

- Perdón... - se disculpó y puso el lápiz a un lado. – Es solo que quiero hacer el anuncio y sin los nombres no quedara bien.

- Di que se llaman... - pensé por un momento. – Kaoru y Hikaru.

Al levantar la vista de la pantalla de mi móvil, vi a Sarah darse la vuelta en su silla y observarme con los parpados casi cerrados y los labios juntos formando una línea recta.

- Si no me vas a ayudar no digas nada. – Comentó con fastidio.

Por los últimos treinta minutos estuvimos pensando en nombres para sus bebés, una vez que le dije que Tom se puso loco y necio en que su hija se llamara Rosie cualquier nombre relacionado con flores quedó vetado de la lista de nombres para su bebé.

- ¿Por qué no le preguntas a Bill? – Sugerí. – De seguro él también quiere tener voz en el asunto.

Sarah asintió, bajando la mirada hacia sus manos.

- ¿O hay alguna razón para que no le quieras preguntar?

Desde que conocí a Bill lo vi ir y venir, entrando y saliendo de una relación y luego a la otra; no lo hacía con frecuencia y siempre era muy cauto con los asuntos del corazón, de todas formas nunca me parecía que fuera el tipo de chico que se ponía difícil. Sabía lo que era discutir con él, y con ello en mente observé la expresión de mi hermana, quien simplemente se llevó una mano al rostro.

- No es con Bill... - Admitió.

- ¿Entonces?

Me eché hacia atrás en la cama sin comprender qué era lo que intentaba decirme. La castaña se echó el cabello sobre los hombros y suspiró. Revisó la hora en su reloj de pulsera y parpadeó un par de veces antes de contestarme.

Sarah

- ¿Entonces?

La vi echarse con fastidio sobre la cama. Su nariz hacia eso donde se arrugaba cuando las cosas no salían como ella quería. Vi la hora en mi reloj, sabía que tal vez Bill debía de ayudarme...era solo que pensé que era demasiado y tal vez no quisiera...especialmente después de la visita que al fin le hice a Fred.

Me sentía como una idiota, como si fuera tan frágil y estúpida que siempre terminaba corriendo en busca del consuelo y ayuda de Bill.

No planeé contárselo, solo decidí que si Fred no contestaba el teléfono entonces era el momento de que me dijera en la cara por qué no lo hacía. Tomé el autobús, sabía que si se lo decía a Zoey ella también querría acompañarme y dudé que Fred fuera a ser sincero del todo si ella estaba en la habitación con nosotros.

Cuando entré a su dormitorio había ruido proveniente de todas las habitaciones, sin excepción. Me hizo recordar lo que había dejado en Jacksonville; aunque no me arrepentía de cómo habían salido las cosas. Terminé de subir las escaleras después de tomar un par de descansos, los gemelos estaban pequeñitos, pero eran dos y me resultaba obvio que sus cuerpecitos peleaban por espacio dentro de mi cuerpo, no solo entre ellos, pero también con mis intestinos y sin duda alguna también con mis pulmones.