Dream Machine (KOS Temporada 2. Tom Kaulitz Fanfiction)

Capítulo Veintiséis. Puedes Acostarte A Mi Lado Con Tus Pies Pequeños.

//Spoiler Alert: La canción del título y la del video no son la misma.

Después de muuuuuucho, aquí me tienen, no sé cada cuándo pueda estar subiendo porque estoy trabajando y preparando cosas para un viaje, pero espero poder terminar la historia en Diciembre.

¡Ojalá les guste (es que soy una idiota que no escribio en dos meses), gracias por su infinita paciencia!//

           

Me senté en la cama tan pronto como lo pude hacer. Respiré profundamente, me sentía cansada por las malas noches que había pasado en las últimas semanas. Ahora se sumaban a las incomodidades los malos sueños.

No quería culpar a nadie, pero probablemente no tendría estos sueños si no fuera por la completa despreocupación de Tom.

Abracé mi barriga, ahí donde la pequeña Rosie continuaba sin comprender nada sobre lo que ocurría aquí afuera en el mundo. Jadeé al intentar tranquilizarme, tenía el cabello pegado al rostro por el sudor y pronto el ardor de las lágrimas en los ojos me hizo cerrarlos con fuerza. Tragué saliva con trabajo y suspiré de nuevo. No escuché a Tom moverse, aun si lo hubiera escuchado, no hubiera cambiado nada.

Nada sobre los últimos dos meses habían sido un remolino de emociones. Nada había sido como lo imaginé.

Tom no parecía capaz de separarse del set donde grababan el programa, un día regreso a casa con el cabello más corto y ligeramente rubio, idea de Enna, había dicho. No se veía en absoluto mal, pero me fastidió saber que seguía sus concejos, que buscaba su opinión. Y además yo no estaba en el mejor humor.

La mitad del tiempo estaba demasiado cansada y adolorida para seguirle el rollo, ni siquiera podía acompañarlo al set como Sarah lo hacía con Bill todos los días. Yo apenas los acompañaba un par de veces a la semana, y sentía que Tom estaba cada vez más lejano.

Tanto que en mis sueños él simplemente desaparecía.

Me apoyé sobre el costado, envuelta en los brazos de Tom que se encontraba sentado a mi lado en la cama. Mi mejilla tocó su pecho y sentí su pulgar acariciar mi hombro al apoyar su mejilla sobe mi cabeza en silencio.
Me sentí torpe, incapaz de moverme con normalidad o gracia debido al bulto en mi vientre.

- ¿Estás bien? – Preguntó con voz ronca, genuinamente preocupado. - ¿Te duele algo?

Negué con la cabeza y abrí los ojos, limpiándolos con mi mano sin tener mucho cuidado. Su pecho subió y bajó con un poco de tranquilidad antes de que volviera a abrir la boca para hablar.

- ¿Qué pasa?

Lloré en silencio y me aparté de él. No podría sentarme correctamente en la cama, el vientre ya impedía mi rango de movimiento y me tenía cansada. 

Tom debió de estirarse y encender la luz en la mesita de noche porque de pronto pude ver claramente una foto de nuestro más reciente viaje.

Apenas tuvimos tiempo de celebrar nuestro aniversario, los chicos tenían unos cuantos días y libres y decidieron que un viaje a Ibiza nos vendría bien a todos. Terminamos pasando una semana en una hermosa casa cerca de la playa, Sarah y Bill no podrían esconder su alegría y aunque yo intenté esconder mi descontento por la situación con el trabajo de Tom, siempre estuvo en mi mente. Como fuera, los días en Ibiza fueron geniales, el sol y la playa lograron ponernos a todo en un mejor humor aun cuando aquello terminó con el regreso a Alemania; España nos sentó bien, nos ayudó a relajarnos un poco...aunque no solucionó nada.

- Quiero irme a casa, - le solté de pronto.

Tom suspiró porque no era la primera vez que le decía aquello, tal vez antes no sentí tanta urgencia de que escuchara como en ese momento.