Capítulo Veinte. ¿Podemos Hacerlo?

397 31 2
                                    

// En este pasan muchas cosas, whooo! //


- ¡Tom! – Me reí.

En la lista de cosas que acordamos terminar de hacer antes de dejar nuestro hogar en California estaba por supuesto terminar la habitación de Rosie. El jueves ayudamos a Bill y Sarah, quienes decidieron que la habitación sería beige e insistieron en que le darían color a cada mitad de la habitación. Parecía que después de todo, tener un niño y una niña a la vez no era cosa sencilla.

Para el sábado los papeles se invirtieron y ellos tuvieron que ayudarnos a nosotros. A pesar de que Tom había comprado la pintura, me imaginé que le faltaría algo a la habitación y el viernes salí de compras con mi hermana.

Había encontrado una delgada cenefa rosa brillante con dibujos de animalitos, la colocaríamos posiblemente a la mitad de las paredes alrededor de la habitación, pero para eso teníamos que esperar a que la pintura se secara.

Justo en ese momento Tom me acababa de pasar un brochazo de pintura en el brazo. Lo extendí y vi la pintura en mi brazo con la boca abierta. Nos faltaba poco para terminar, ya habíamos pasado la mitad de la tarde jugando, y me dolían las piernas.

Bill a nuestras espaldas estaba terminando de pintar más cerca del techo, obviamente los dos chicos eran los elegidos para alcanzar los sitios más difíciles; ni Sarah ni yo teníamos manera de inclinarnos y el sonido de los gritos que hicieron los dos chicos cuando mi hermana intentó subirse a la escalera casi nos dejaron sordas.

- ¡Ha! – Tom observó por un momento. - ¿Quién lo diría? Creo que es tu color.

Intenté estirar mi pierna al volver a poner el rodillo sobre la pared.

- Ya me cansé... - Admití.

- Bienvenida a mi mundo. – Sarah entró a la habitación con el teléfono en las manos. – Pedí pizza. Y comida china.

- ¿Por qué no me dijiste que tenías hambre? – Bill habló desde la escalera.

Vi a Sarah apoyarse en el marco de la puerta con las manos en la barriga. Parecía imposible, pero ya estaba enorme.

- Bill, - Sarah se arregló el suéter color salmón que llevaba, de alguna forma era la única que no se había manchado de pintura; - siempre tengo hambre.

- ¿Les recordaste las galletas de la fortuna? – Pregunté.

- Por supuesto ¡no soy un animal, Zoey!

Después de unos minutos más Sarah bajó por la pizza, la comida china tardó un poco más y para cuando llegó ya habíamos terminado la pared que faltaba. Nos sentamos a comer en la sala mientras la pintura secaba.

- ¿Qué haces cuando te da un calambre? – Le pregunté a Sarah.

En un intento por estirar las piernas me senté en el suelo, Tom me siguió mientras Sarah y Bill ocupaban uno de los sillones.

Mi hermana mordió una rebanada de pizza y le dio un par de palmadas a la pierna de Bill, que tomaba agua en ese momento. Por suerte él sabía la respuesta a mi pregunta y Sarah no tuvo que dejar de comer.

- Solo estira los dedos en punta y luego al revés.

Bill se estiró por otra rebanada de pizza. Tom cogió el móvil y revisó sus mensajes en silencio mientras intentaba estirar los pies así.

- No es fácil. – Sarah se cubrió la boca y terminó de comerse el bocado. – Pensé que Rachel lo hacía lucir peor de lo que es, pero ahora todo tiene sentido.

Dream Machine (KOS Temporada 2. Tom Kaulitz Fanfiction)Where stories live. Discover now