Violette
¡Al fin! A descansar. Camino por el hotel contenta. Hemos viajado e ido a tantos lugares que ya es absurdo. Debo aprovechar mis momentos libres, alejarme del inútil de Pietro y divertirme.
Voy sola por la sala de entretenimiento, entonces veo un chico en la barra. Me acerco y me siento al lado.
―Hola ―digo primero―. Soy Violette. ―Le sonrío.
―Un placer, soy Alejandro.
―Mm, qué acento ¿Francés?
―Oui, puedo notar que no eres alemana. ―Se lo piensa―. Una hermosa inglesa.
―Yes, estás en lo correcto. ―Le doy la razón y luego lo halago―. Y tu alemán no es malo.
―El tuyo tampoco. ―Mira la hora―. Disculpa, debo irme. ―Besa mi mano―. Espero que nos volvamos a ver. ―Le paga al camarero y se retira.
―¡Uf! Se me escapó un pez guapo, necesito otra presa. ―Me muerdo el labio inferior, entonces observo el lugar, encontrando a mi próximo objetivo.
~~~
Salgo de la habitación de la persona con la que me acabo de divertir e intento recordar dónde es el cuarto que tengo con mi prometido.
¿Cuál es el número?
Miro todo el pasillo y observo la numeración de las puertas.
¿Era tan aburrido que ya ni me acuerdo? Eso debe ser. Sigo avanzando y visualizo a Alejandro entrar en una habitación. Estoy a punto de seguirlo hasta que me detienen.
―¿Qué estás haciendo? ―Oigo a Pietro detrás de mí y me giro.
―¿Buscando el cuarto? ―digo algo confundida.
Sonríe.
―Casi aciertas, boba. ―Señala la puerta detrás de él―. Aquí.
―Ya lo sabía. ―Ruedo los ojos.
―Claro, eso díselo a tu confusión ―se burla.
―Aparta. ―Paso al lado de él, así que entro, entonces me sigue detrás y cierra la puerta, me giro para provocarlo―. ¿Vas a aprovecharte de mí? Aún no nos hemos casado ¡Qué deshonra! ―Jugueteo―. ¡Oh, Dios!
Sonríe.
―Buen intento, pero no.
Me siento en la cama rápidamente y me cruzo de piernas.
―Qué aburrido ¿Qué tiene que hacer una chica aquí para tener sexo? ―Hago puchero―. Yo quería jugar a la virgen.
―De virgen no tienes nada, ni siquiera lo santa ―vuelve a burlarse―. Menos pura. ―Se ríe.
No sé puede ni jugar con este tipo. Maldito alemán aburrido, sin su dinero no sería nadie. Bueno, solo sería guapo, pero no le sirve de mucho.
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La prometida del Alemán (R#6) [Prometidos #1]
Short StoryPietro Hoffman, un mafioso Alemán, con tal de no perder territorio en Inglaterra, hace un trato con la familia Lovelace, comprometiéndose con la hija menor, pero ella es una fiera indomable y cuando deben afianzar su compromiso las cosas se le compl...