La prometida del Alemán (R#6) [Prometidos #1]

Epílogo I

Tiempo después...

David

Cabellos dorados, ojos como rubíes, un rostro perfecto y la piel tan aterciopelada que me deleita. Ella es la mujer más hermosa que pueda existir, mi diosa griega.

―Señor, el avión ya aterrizó. ―Oigo a la azafata y abro los ojos.

―Estaba en mi mejor sueño, maldita sea. ―Me pongo los lentes de sol y me levanto de mi asiento.

La chica no se enfada por mi queja, solo mira embobada mis ojos verdes, entonces sonrío.

―Lo siento, este hombre ya tiene dueño. ―Paso la mano por mi cabello oscuro y me deleito con la desilusión de la dama.

Cuando bajo del avión, camino por uno de los aeropuertos más importantes de Alemania. Me tomo un taxi y al fin llego a destino. Toco el timbre, entonces rato después mi hermana me abre.

―¡Ah, David! ―Se sorprende.

―¿Gritas y no me das un abrazo? ―Me quito los lentes oscuros y alzo los brazos.

Se acerca, me abraza y luego susurra algo en mi oído.

―¿Me trajiste un regalo?

―No. ―Me río.

Se aleja.

―Ah, al menos Brayton me regaló vacaciones, y hablando del mayor ¿Tienes alguna noticia? Pietro no me deja ir a Inglaterra para averiguar. ―Hace puchero.

―Por eso vine. ―Paso y cierro la puerta tras de mí―. Todos los vuelos a Inglaterra están prohibidos para nosotros, alguien intervino y puso nuestros nombres en una lista.

―Eso es perturbador. ―Se sorprende―. Pero tiene algo de sentido, cuando intenté ir para allá, me fue imposible.

―Te conseguiré un vuelo privado. ―Aparece de repente el alemán saliendo por una de las puertas.

―¡Eh, yo quiero ir! ―me grita la castaña en el oído.

―Yo soy el mejor para esta misión. ―Me pongo los lentes oscuros.

―¡Pero...! ―se queja.

―No, es peligroso ―expresa el rubio determinado.

Muevo los dedos.

―Mi cuñado sabe.

―¡Ustedes se han puesto en mi contra! ―Se enoja y se va corriendo indignada.

―¿No vas a seguirla? ―Señalo en la dirección en la que se fue.

―No, ya se le pasará. ―Sonríe el alemán satisfecho―. En la noche se le pasará ―repite agregando.

―Ya entendí todo. ―Me río.

Me despido de Pietro, luego me voy directo al avión privado que él me presta. Hora de visitar a mi hermano mayor y descubrir qué está ocurriendo en Inglaterra.

Continuará...

En...

Destruyendo a Adonis.