La prometida del Alemán (R#6) [Prometidos #1]

48. Recuperando la paciencia

Violette

Pataleo aun así Pietro no me baja, sigue avanzando por el camino con cautela y oigo un tiro, pero como estoy con medio cuerpo en su espalda, está difícil mirar.

―¿Mataste a alguien? ¡Bájame!

―Olvídalo, estoy ocupado. ―Oigo otro tiro en lo que hace un movimiento rápido y me agarro con fuerza de su chaqueta cuando pienso que me voy a caer―. Tranquila, no te tiraré.

Oigo unos disparos más, salimos del edificio y vuelvo a patalear.

―¡Bájame, quiero bajar!

―No hasta que encuentre el auto.

Presiono mis dientes y reprimo mis lágrimas. No es momento de lloriquear otra vez, pero es que ni puedo pensar de esta forma.

Papá está muerto.

Me sobresalto cuando Pietro me baja, acto seguido me adentra en el vehículo, sentándome en el asiento del acompañante. Entra también y arranca rápido. Guarda su arma, entonces agarra su celular y enseguida lo atienden.

―Antoine ¿Me dijiste que estabas en Francia? ―Hace una pausa esperando contestación―. ¿Qué parte exactamente? ―Aguarda su respuesta y le indica―. Perfecto, voy para allá. ―Le corta.

¿Antoine no es el italiano ese con quién tuvo esa reunión aquella vez en la que el francés quiso matarme?

―¿Vas a confiar en ese tipo? Por su culpa me rompieron la cabeza mientras tú te divertías gracias a él.

―¿Te vas a quejar de todo lo que hago? ―Me mira un segundo enojado y luego vuelve la vista al frente―. ¿Sería desconsiderado volverte a dejar de hablar teniendo en cuenta lo de tu padre?

Bajo la vista dejando de mirarlo y trago saliva con el picor en mi garganta, por la sensación de la necesidad de querer llorar de nuevo.

―Sí, lo sería.

―No lo haré ―responde rápido y siento mis mejillas arder―. Veamos si puedo recuperar mi paciencia.

Se me acelera el corazón. Maldita sea, estúpido Pietro.