La prometida del Alemán (R#6) [Prometidos #1]

30. Un salón preparado

Violette

Acepto la mano de Pietro cuando me la ofrece y caminamos a través de un pasillo de este mismo edificio de reuniones.

¿Por qué estoy tan nerviosa? Las manos me sudan y mi corazón golpetea con fuerza. Esto es lo que estaba deseando y además, es tan normal. Digo, lo hago todo el tiempo.

Ya tuve sexo con este hombre antes ¿Cuál es el problema? ¿La ansiedad? No, estoy confundida, demasiado.

Abre una puerta y entramos a un cuarto. Suelta mi mano, entonces comienza desatarse la corbata. Avanzo por la habitación, para luego apoyar mi mano sobre la barandilla de la cama.

―No... no sabía que había cuartos por aquí. ―Meto mi índice en mi boca pensativa.

―Estos salones están preparados para cualquier ocasión. ―Pone sus manos en mis hombros y me sobresalto, así que me doy vuelta para mirarlo y él sonríe―. ¿Qué? ¿Ya te arrepentiste? ¿Quieres hacer otra cosa?

Siento mis mejillas arder.

―¡Claro que no! ―Bajo la vista―. Solo estaba preguntando. ―Frunzo el ceño y vuelvo a mirarlo―. ¿Y tú qué? Estás muy relajado. ―Hago una mueca.

Cómo me irrita.

Él ríe.

―¿Acaso debo salir corriendo?

―¡Deja de burlarte de mí! ―me quejo y me sobresalto de nuevo cuando me abraza―. ¡Ay, me asustaste!

Siento un calor que emana por dentro, cuando noto el tacto en el cierre de mi espalda, el cual comienza a descender. Mi piel se eriza al contacto con sus dedos y me muerdo el labio inferior.

―Vale ―susurra en mi oído―. Dejaré de burlarme y pasaré a la acción.