Disculpen la tardanza, he tenido algunos inconvenientes... gracias por sus comentarios proximamente les dare respuesta. Como recompensa les publico 3 capítulos seguidos.
CAPITULO 2
"¡No puede ser!" Hermione se sintió mareada y asqueada. Empezado a temblar, ella sacudió la cabeza con determinación y escrutó la cara de Finnigan. "¿Seguramente esto es una broma?"
Estaba tan enojada que no notó que estaba agitando el pergamino mientras miraba a Lord Finnigan. Ni tampoco notó la súbita preocupación en la cara del hombre mientras él lentamente sacudía la cabeza. "No, mi lady. El rey no hace bromas."
"Pero debe ser.. El no puede... Esto es..." Hermione tropezaba con sus palabras cuando el sonido de pasos acercándose se oyó. Se dio vuelta, aliviada de ver a su tía entrando en el recinto. La tía Arabella siempre era la voz de la razón. Ella sabría qué hacer con esa... situación.
"¡Tía Bella" hasta Hermione se quedó sorprendida con el tono desesperado de su voz mientras se levantaba de la silla y se apresuraba a saludar a la mujer que había sido como una madre para ella desde la muerte de su propia madre algunos años atrás.
"¿Qué pasa, mi querida?" preguntó su tía y tomó sus manos, su mirada se dirigió al rasgado y arrugado pergamino que Hermione sujetaba y al rostro pálido de su sobrina.
"El rey... él envió a Lord Finnigan aquí presente." Hermione señaló al hombre sentado en la mesa.
"Y é... "Incapaz hasta de pronunciar las palabras, ella le pasó el pergamino a su tía, persuadiéndola a leerlo.
Tomando el mensaje rasgado, Lady Bella lo alisó y lentamente leyó su contenido.
Hermione observó como los ojos de su tía volaban sobre las palabras en la hoja, luego hizo una pausa, volviendo a leer el principio nuevamente.
"No," la mujer jadeó con un horror tan profundo como el de la misma Hermione, luego se giró hacia el callado hombre acomodado en la mesa. "¿Esto es una broma, mi lord? Porque si lo es, no tiene ninguna gracia."
"No, mi lady." el hombre del rey se movió incómodo en la silla, parecía extrañamente culpable. Su mirada recorrió el recinto, mirando a todos los sitios menos a sus ocupantes, entonces dijo, "El rey dictó esa misiva en persona y me ordenó traérsela. Debo llevar esta otra a Lord Holden y volver aquí para el casamiento. El rey pensó que sería bueno darles tiempo para que preparen la celebración."
"Pero..." Hermione hizo una pausa y sacudió la cabeza, intentando recomponerse. "Pero, esto no puede ser. Lord Holden es un hombre maligno, repugnante y cruel. ¡El rey no puede esperar que yo me case con él!"
Cuando Finnigan permaneció mudo, con su cabeza gacha, rehusándose a encontrar sus ojos, Hermione comenzó a darse cuenta que realmente se esperaba que hiciera eso. Un sopor la invadió, suavizando el horror, y se sentó pesadamente en el banco. Tenía que casarse con su vecino repugnante, bastardo y cruel. Harry. El Martillo de Holden. El hombre que había quemado las casas de los aldeanos sin ningún propósito.
Dios querido, ¿qué le haría él cuando estuviese descontento con ella?
"Debe haber un error," la tía Bella anunció firmemente, sacando a Hermione de sus pensamientos desesperados. "Seguramente el rey no sería tan cruel como para forzar a mi sobrina a casarse con ese hombre. Tal vez simplemente no entendió la situación. Debemos viajar a la corte y explicarle todo. Debemos..."
"El rey ya no está en la corte," Templetun interrumpió solemnemente. "El fue a Chinon a ver al joven Regulus y a destituir a algunos de los miembros de su corte."
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Vecinos
FanfictionLa última cosa con la cual necesitaba lidiar ahora mismo era otra esposa. Aunque él había estado buscando una, la Tirana de Tiernay era la última que habría escogido. ¡Santo Dios! La mujer era una entrometida abominable, siempre enviando mensajes o...