Bueno pues es sábado, asi que aquí les dejo este y otros capitulos mas... Gracias por sus comentarios.
CAPITULO 7
Harry se lavó lo mejor que pudo con agua fría y sin jabón. Una vez satisfecho, se levantó y salió de la tina, goteando en el suelo hasta que vio su túnica. Tomándola, la usó para secarse, temblando con la brisa que entraba por la ventana descubierta, luego fue hacia la cama. Un buen descanso y entonces una buena comida le cambiaría el humor.
Llegando a la cama, lanzó su ahora túnica mojada a un lado con disgusto y se metió rápidamente debajo de la sabana, notó que no había manta abrigada, solamente sabanas de lino. Murmurando una serie de insultos, él se curvó de costado para calentarse, luego se dio vuelta, intentando hallar una posición confortable. Entonces lo intentó nuevamente. Y nuevamente.
Harry parecía no poder encontrar una posición cómoda. La maldita cama era tan vieja como la vieja bruja. Obviamente estaba rellenada con paja. Sin importar que posición escogiese, podía sentir la paja pinchándolo. Continuó dando vueltas por un rato, luego se forzó a detenerse. Había dormido en camas peores y en condiciones peores, se recordó a sí mismo. Había dormido en un suelo frío y duro una o dos veces. Había dormido sobre su caballo. Y hasta en la nieve. Ese problema no era tan odioso. Asombroso, tal vez, considerando la riqueza Tiernay, pero nada evitaría que durmiese. Podía tener una siesta en esa cama de mierda.
Hallando su irritación creciente aliviada con esos pensamientos, Harry suspiró y se forzó a relajarse. Aunque sólo era la mitad de la tarde, había sido un de día largo lleno de decepciones y dificultades. Un poco descanso le vendría bien. Después de dormir un poco, vería todas estas cosas como pequeños inconvenientes —nada que un guerrero no pudiera tolerar sin enojarse. Todo estaba bien.
Esas reflexiones permitieron que se relajase completamente. Estaba a punto de dormirse cuando fue consciente de un picor. Medio dormido, se rascó la cadera, luego se acomodó nuevamente. Un minuto más tarde se rascó nuevamente, movió la pierna para rascarse una picazón súbita en la pantorrilla. Inmediatamente se vio forzado a levantar la otra pierna para rascarse el tobillo.
Harry estaba completamente despierto ahora. Y comenzaba a rascarse los dedos de un pie y luego del otro pie. Dios querido, ahora era la muñeca, Harry se rascó con fuerza y pudo ver una mancha con un punto rojo en el centro. Parecía la picadura de un insecto, notó con desánimo. Bostezó y otras picazones irritantes requirieron su atención; luego endureciéndose abruptamente, puso las sabanas a un costado.
Los ojos de Harry se agrandaron con horror cuando vio unos pequeños puntos negros saltando. Eran casi imposibles de ver si no se moviesen. Uno saltó de la sabana a su pierna. Otro saltó de su tobillo hasta su pantorrilla. A primera vista podía contar más de una docena, saltando hacia todos lados. ¡Pulgas! La cama estaba infestada con pulgas. ¡Y ellas se estaban haciendo un banquete con él! Gateó para salir de la cama, sólo para enredar sus pies con las sabanas. Pero no se detuvo y Harry cayó al suelo al lado de la cama con un golpe.
Maldiciendo, él sacó las sabanas lejos con bronca y se sentó, su mirada fue cautelosamente hacia la cama como si él esperase que un ejército de pulgas fuese a saltar en dirección a él. Pero las pulgas estaban escondidas. Todo lo que había en la cama ahora era un pequeño cuadrado marrón oscuro.
Poniéndose de pie, se inclinó sobre el colchón para poder ver mejor ese objeto. Era un pedazo pequeño de piel —y estaba lleno de pulgas.
Harry se enderezó abruptamente y simplemente miró fijamente el objeto sospechoso mientras su mente intentaba descifrar que significaba. Entonces su mirada estudió todo el cuarto, observando la ventana descubierta, la falta de fuego, la tina con agua hirviendo, luego los baldes de agua fría. Recordó la vieja fea, la cerveza rancia, el bicho en la cerveza y hasta el aliento espantoso de su prometida. Todo eso ahora reunido en su mente tenía algún tipo de sentido.
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Vecinos
FanfictionLa última cosa con la cual necesitaba lidiar ahora mismo era otra esposa. Aunque él había estado buscando una, la Tirana de Tiernay era la última que habría escogido. ¡Santo Dios! La mujer era una entrometida abominable, siempre enviando mensajes o...