CAPITULO 30
Esperaron varios días para que la pierna de Harry se curarse antes de dirigirse a Tiernay.
Pero Ron no volvió.
Hermione y Harry pasaron tiempo conociéndose mejor. Jugaron al ajedrez, hicieron el amor, conversaron, hicieron el amor, discutieron, hicieron el amor. Harry se puso al tanto de los eventos ocurridos en Holden durante su ausencia. Hermione se ocupó de que conociera a los criados.
Viktor se puso muy impaciente y ansioso por partir, pero, cuando ellos partieron, el resto de las personas de Holden estaba comenzando a actuar más relajadamente con el lord y la lady.
La gente comenzaba a mostrarse menos tensa, y hasta había habido algunas sonrisas tentativas, Hermione pensaba en eso mientras atravesaban los portones de Tiernay y cruzaban el patio.
Acababan de alcanzar los escalones de entrada cuando las puertas de la fortaleza se abrieron de repente y la Tía Bella y Minnie salieron.
"¡Niña!"
Hermione hizo una mueca ante el grito agudo de su tía y rápidamente desmontó mientras la mujer corría en dirección a ella con la criada siguiéndola de cerca. Hermione logró poner los pies en el suelo y girar en el momento exacto en que era capturada por las dos mujeres y casi ahogada por sus abrazos mientras exclamaban su alivio y placer de verla... viva. Había estado lejos por menos de una semana, pero cualquiera habría pensado que habían pasado años.
Hermione miró a Harry como disculpándose, avergonzada por la clase de temores que esas mujeres obviamente habían abrigado, pero él sólo estaba sacudiendo su cabeza, y hasta parecía divertido. Lo cual era un cambio agradable del dolor que había visto en su rostro durante todo el viaje. El paseo no había sido agradable para él. Era imposible montar un caballo sin que la pierna se vea afectada. El tobillo de Harry le había comenzado a doler, ella lo sabía, aunque él era demasiado orgulloso como para admitirlo.
"Te ves bien, "dijo su tía, enlazando el brazo de Hermione y llevándola hacia los escalones mientras Harry desmontaba y entregaba a un muchacho los caballos. El asombro obvio de Bella ante el buen estado de salud de su sobrina sólo confirmaba las sospechas de Hermione de que su tía había imaginado todo tipo de torturas con las que el Martillo la había castigado.
"Si," ella admitió y sonrió. "Estoy muy bien."
"Dime." Los ojos de la tía Bella se agrandaron con interés, preguntó en voz baja para que sólo Hermione y Minnie pudiesen escucharla, "¿Asumo que todavía hay una posibilidad de anulación, entonces?"
"Oh, no." Hermione se ruborizó intensamente.
Su tía la miró seriamente, "¿No?" ella y Minnie jadearon al mismo tiempo.
Hermione hizo una mueca.
"Hay mucho para explicar. Pero..." Volviéndose, Hermione miró a su marido con preocupación mientras él rengueaba en dirección a los escalones, con viktor en su lado.
"¿Qué sucedió? ¿Le hiciste eso a él? "
"¡Minie!" Hermione jadeó, azorada porque la criada pudiese pensar semejante cosa. Entonces le aclaró... "No, claro que no. El tuvo un accidente."
"Hmmm." La tía Bella sacudió la cabeza, luego nuevamente tomó el brazo de su sobrina para avanzar. Harry y Viktor caminaron detrás de ellas. "Ven, cuéntanos que sucedió, y dinos si hay "algo especial" que precisas que hagamos."
Hermione hizo una mueca ante eso, sabiendo ese algo "especial" era alguna maldad contra Harry. Lo que -por supuesto- ya no era necesario. De hecho, ahora sabía que las "bromas pesadas" nunca habían sido necesarias.
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Vecinos
FanficLa última cosa con la cual necesitaba lidiar ahora mismo era otra esposa. Aunque él había estado buscando una, la Tirana de Tiernay era la última que habría escogido. ¡Santo Dios! La mujer era una entrometida abominable, siempre enviando mensajes o...