El último día del taller llegó.
Yo para ese momento estaba vagando por todo el establecimiento, con una de las chicas con las que me había vuelto cercana. Íbamos hablando de nada en particular, cuando te vimos venir por el pasillo. Nos saludaste con la mano, sonriendo y te paraste para hablarnos.
Ella y tú comenzaron una conversación sobre lo que harían en sus veranos. Los miré sonriendo y yo asentía en el momento justo, pero me sentía fuera de lugar y poco relajada. Ustedes hablaban tan fácilmente que los envidié. Yo no podía decirte mucho, simplemente las palabras se negaban a salir de mi boca y, cuando una lograba escaparse, terminaba siendo un simple susurro muy silencioso, casi inaudible.
Así fue como me deslicé lejos. Caminé por los pasillos sola, buscando a nadie en particular. Me preguntaba si te habías dado cuenta de mi ausencia, pero ni siquiera podía permitirme imaginarlo.
De tan distraída que venía, choqué con alguien. Tanto así que me caí al piso, nada elegante, sin ningún chico que me sujete de la cintura y me miré a los ojos profundamente.
— Sé que puede sonar algo loco — dijo la persona con la que tropecé —, pero fue divertido.
Conocía esa voz vagamente. Cuando miré para identificar quién era, me encontré con Taehyung levantándose. No me moví. Había estado esperando encontrármelo todo este tiempo y ahora no me podía mover cuando lo tenía en frente.
Me extendió la mano, con una sonrisa contagiosa. Sonríe como un niño, con todo el rostro, con todo su ser. Tiene el tipo de sonrisa que te llega al alma y te ablanda el corazón.
— ¿Ves esto como divertido?— pregunté, aceptando su ayuda. Me empujó con fuerza, llegando a chocarnos de nuevo. Me reí —. Eres un poco brusco, ¿eh?
Se encogió de hombros. — En realidad, tenía la intención de que chocaramos.
— ¿A cuál de las dos veces que lo hicimos te refieres?
Fingió pensar, adorablemente tocándose la barbila. — Las dos, supongo.
— ¿Estás hablando en serio?
Se tocó el pecho, justo donde se encuentra su corazón. — Lo juro.
Tenía una expresión tan seria que me causó más risas. Era, probablemente, el chico más extraño y curiosamente refrescante que había encontrado alguna vez.
— Entonces, ¿cómo te va?— me preguntó.
— Bien...
No tenía idea de cómo encarar la situación. Quería hablar con él sobre Myung Joon, pero me daba un poco de vergüenza decirlo directamente.
— ¿Has hablado con él?— se cruzó de brazos—. ¿Lo consideraste al menos?
— Yo... — hice una pausa—. No tengo idea de qué hacer.
— Y buscas que yo te lo diga, ¿no es así?
Asentí, con la cabeza baja.
Golpeó mi frente con su dedo. — Tonta, esa no es mi decisión para tomar.
Alzó mi barbilla con ese mismo dedo y me obligó a mirarlo a los ojos.— Piénsalo bien, Hani. ¿Qué es lo que quieres? Y si estás dispuesta a soportarlo.
Se alejó un paso y me inspeccionó de nuevo.— Será una pena para mí si él te acepta, porque empezabas a interesarme.
Me guiñó el ojo y luego se fue, con las manos metidas en los bolsillos, silbando.
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Diario de un amor no correspondido: Las palabras que nunca dije.
FanfictionLo escribí para ti, porque había tantas cosas que yo nunca me había animado a decirte. Quería contarte como me sentía seguido, pero tenía miedo de que no quisieras escuchar. Estas son mis palabras, aquellas que estuve tan asustada de pronunciar. |Ca...