Katia despertó al sentir un escalofrió subir por su columna vertebral, la mujer se sentó desorientada en la cama y las memorias del día anterior comenzaron a golpearla rápidamente, en un abrir y cerrar de ojos la rubia se encontraba despabilada y alerta. Katia sintió el supermercado demasiado frio, como si alguien hubiese encendido el aire acondicionado en pleno invierno, la rubia suspiro y puedo notar un halo de vapor frente a ella.
Katia se levantó de la cama, con cuidado de no despertar a Vivian, se colocó sus ropas y tomo sus armas antes de dar una vuelta por el supermercado. Este tenía un solo piso y miles de góndolas por todos lados con pasillos con espacio para que pasasen al menos dos carros al mismo tiempo, las secciones se encontraban divididas según el tipo de producto, carnes, verduras y frutas, harinas, sopas, aceites, condimentos, fiambres, bebidas, alcohol, etc.
Katia camino con cuidado por los pasillos desolados con la espada gemela cuyo grabado era un lauburu en mano, la mujer tenía un extraño presentimiento y el ambiente del supermercado le daba escalofríos. Los pasillos se encontraban vacíos al igual que la mayoría de las góndolas a excepción de algunas botellas o paquetes de comida desparramados, los carros se encontraban estrellados contra algunas góndolas, cajas o las neveras con las carnes, Katia avanzo entre el desorden hasta la entrada del supermercado y se detuvo unos metros antes, escondiéndose detrás de una góndola, pego su espalda a dicha góndola y respiro profundo antes de asomarse por un costado y observar un humo verdoso entras por las puertas de vidrio pertenecientes al establecimiento.
-Carajo- murmuro reconociendo inmediatamente el humo verde, característico de los Geist en Wordless, Katia observo como el humo comenzaba a tomar forma de pequeños esqueletos como los huesos de un bebé, la mujer maldijo nuevamente y se alejó a gran velocidad de allí.
-Vivian despierta! Hay un puto Geist en la puerta!- la rubia salto sobre la cama mientras sacudía a su amiga y le gritaba en susurros, la otra mujer gruño y giro cayendo de la cama para levantarse alarmada.
-Un Geist? Mierda- Vivian se apresuró a colocarse su armadura y a tomar sus armas antes de desenfundar su espada corta con un pequeño lauburu en la hoja de dicha arma –Sus sohns han aparecido?- Katia asintió rápidamente y tomo su espada con la hoja apuntando hacia el piso.
-Estas lista para pelear con fantasmas?- Vivian suspiro e imito la acción de la rubia agachándose un poco –Vamos!- y ambas echaron a correr hacia la entrada del supermercado.
.........
-Si se dirigen hacia Dondurulmuş, allí hay un viejo ağ ayı que les dirá todo lo que necesiten saber, aquel viejo animal es uno de los más sabios en todo el reino de Hyum- la anciana de la posada sonrió a la pequeña pelinegra frente a ella y tomo el dinero de la joven.
-Gracias por todo!- Beca pago por su estadía en una de las posadas de Randomhall, mientras Megan la esperaba fuera de esta apoyada contra la pared con los brazos cruzados sobre el pecho.
-Lista?- Beca salió de la posada y asintió con una sonrisa antes de echar a correr en dirección a los establos seguida por Megan, ambas jóvenes saludaron al anciano que atendía los establos y compraron dos caballos para poder viajar hacia Dondurulmuş, la ciudad helada del reino de Hyum.
Cinco horas de viaje fueron necesarias para que las jóvenes lograsen llegar a su destino, la ciudad helada de Dondurulmuş era inmensa, tenía el tamaño de dos pueblos juntos además del hecho de estar completamente construida en hielo. En el centro de la ciudad se encontraba una inmensa plaza con la estatua del rey actual de la ciudad, dicha plaza unía los dos bandos que lideraban la ciudad: los ağ ayı y los eidechse.
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Let's End This
RandomHace muchos años ellas fueron heroínas, la gente por las calles llamaba sus nombres y les alababan. Ahora no son nadie, sus vida son monótonas hasta que ya no lo son, todo cambia, de nuevo, todo se da vuelta. El futuro de ambas y sus vidas penden de...