El par de hermanos se encontraba en la sala de la gran casa bebiendo café y te, ambas tazas en la mesita de centro, ninguno de los dos se atrevía a hablar sabían que no era un tema fácil, Freddy se ponía nervioso por tener que contarle a Fred todo lo que había pasado en su ausencia.
-Bueno...-
El castaño rompió aquel silencio.
-En realidad han pasado muchas cosas ¿que quieres saber?-
El pelinegro tomó un sorbo de su taza de café, el prefería algo más fuerte pero no bebería ante su hermano...aún
-Porque no empiezas por ese par de novios-
Freddy sabía muy bien a quien se refería.
-claro-
Tomo su taza de té más no bebió de esta.
-Eso ocurrió un poco después de que te fuiste-
Flash Back~
-Golden sabes que no puedo corresponderte-
El oji-gris suspiro antes de hablar
-lo se y...lo siento-
El castaño lo miro con confusión.
-me refiero a lo del compromiso y...Fred-Cada vez iba bajando más su voz.
-perdóname-Murmuró.
-ohhh Golden-
Abrazo al nombrado
-no fue tu culpa-
Al oji-gris se le cristalizaron lo ojos
-Fue mi madre quien nos separó a demás de comprometerme contigo-
Le dio una sonrisa reconfortante.
-Gracias Freddy-Se limpio las lágrimas que amenazaban con desbordarse de sus ojos.
-¿te molesta si salgo un rato?-
-Adelante-
Golden salió de aquella gran mansión sin ningún lugar claro a donde irse.
Mientras tanto, en cuánto Golden había abandonado la casa, Freddy soltó el llanto, no pretendía hacer sentir mal a Golden así que no había llorado frente a él.
Se hecho a la cama desbordando las lágrimas, extrañaba a su hermano, demasiado.
Pero su llanto se vio interrumpido, el timbre había sonado, se limpió las lágrimas tratando de no dejar rastro de estas, y fue a abrir.
Frente a él se encontraba su mejor amigo, pero su apariencia no era la mejor, el castaño apostaría que había llorado, su cabello desordenado, sus ojos rojos e hinchado, además de las marcas de aquellas gotas saladas deslizadas por sus mejillas confirmaban que había llorado.
-Bonnie...-
Fue lo único que atinó a decir el de ojos azules, mientras que su contrario se lanzó a llorar en su pecho.
El castaño no sabía como reaccionar.
-Bonnie ¿que te paso?-
La preocupación del más alto aumentaba así como los sollozos del de piel clara.
-Bonnie tranquilo-
Después de un rato de intentar calmar al mayor, por meses, este se encontraba en la sala del castaño, mientras el ya mencionado se encontraba en la cocina preparando dos tazas de té.