Capitulo Dos

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sin editar.





Yo nunca pedí nacer, pero lo intrigante es que ninguno de nosotros pedimos estar aquí o eso es lo que creemos.

La gente dice que eres lo que has cosechado toda tu vida. Yo, lo que soy, es solo fragmentos. Memorias, ocurrencias, momentos. Lo que me define es mi pasado y el futuro es solo un espejismo de las consecuencias de aquel tiempo.

No despiertes.

Suelto un gemido, al sentir un calambre descendiendo sobre mi pierna derecha con rapidez.

—No tengo nada que darte.—vomito las palabras desde que me llegan.

—no estoy por tus juegos, hijo de puta. Dame toda la mierda que tienes al menos que quieras morir de un balazo.

Jadeo y la cabeza me martillea.

No, tu no me conoces.

Cuando me levanto,  el piso tambalea sobre mis pies, y mi cuerpo se siente devastado.

Me dirijo a la cocina, y abro el refrigerador. Algunas sobras quedan allí: la mitad de un sándwich de jamón y queso de hace dos noches, un cartón de leche casi vacío y una botella de agua.

Suelto un gemido y tomo el sándwich para después dividirlo en dos con mis propias manos.

No tengo dinero. Aquella mitad de aquel sándwich viejo de hace dos días era lo único que me quedaba como comida.

Me sirvo un poco de agua, pero tan solo lo suficiente para  no dejarme la boca seca. Tiro el vaso desechable en el fregadero y enciendo la llave pero me detengo cuando escucho unos golpes en la puerta. Se esparcen fuerte , formando ecos de rugidos por todo mi apartamento.

Miro por el ojo mágico y siento como mis manos resbalan del picaporte al ver la persona detrás del puerta.

-—abre la maldita puerta!

Jadeo.

No, no, no, no.

¿Como me encontró?

—¡sé que estás ahí adentro , Lacey así que será mejor que abras la jodida puerta!

Niego con la cabeza varias veces, y colocó el pestillo.

Maldición.

Voy hacia atrás, mis pies moviéndose al tiempo que pienso que estoy totalmente jodida. Sus gritos me persiguen mientras me dirijo a la cocina y tomó un cuchillo de la estantería.

Golpe.

Patada.

Golpe.

—¡Abre la puerta, hija de perra!

Aprieto el cuchillo en mis manos. Entonces, todo se detiene. Su voz gruesa ya no resuena en mi apartamento y sus golpeteos ya no se hacen presente en mi oído.

De repente, algo estalla. Y yo reprimo un grito.

Un disparo.

Otro más.

La manilla de la puerta ha sido desencajada y tres hoyos de bala se hace paso sobre mi puerta de madera. Entonces, el aparece en mi vista, su cuerpo ancho y robusto manteniéndose firme delante de mí.

—sabía que estabas aquí, maldita perra.

Él se acerca y está punto de tomarme por el cabello pero yo me alejo, alzando el cuchillo en su cara y mirándolo con falsa

—da un paso más y te clavó esto en un ojo. —

El mira mis manos y una carcajada impregnada de cinismo sale de su garganta. Estoy al tanto de que mis manos están temblando y que un terrible dolor se ha acumulado en mi garganta , repitiéndose que tengo que dejar aquellas lágrimas salir pero no lo dejaré ganar.

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⏰ Last updated: Mar 09, 2017 ⏰

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