sunday, june 19th, 2011.
Eran las 23:17 p.m. cuando sonó mi móvil mientras terminaba de estudiar. Miré el número y era un desconocido.
Pensé en ti.
En la fiesta del día anterior prometiste que me llamarías, pero nunca pensé que hablabas en serio.
Contesté la llamada.
—Hola, ¿habla Tyler?
Me dio un vuelco al corazón. Llevaba sólo un día sin escuchar tu voz y sentía que habían sido años.
—Josh —reí un poquito y tú me imitaste—. Sí, habla Tyler.
—¿Qué tal estás?
—Todo bien... —nunca lo estaba, pero no quería preocupar a nadie por mis asuntos personales—. ¿Y tú, qué tal?
—Bien, gracias. Ehmmm, estaba pensando en algo y aproveché para preguntártelo porque ayer te prometí que te llamaría, así que ya lo hice.
Me sonrojé ante el comentario. Te escuchabas nervioso y yo también lo estaba, pero intenté no sonar así al responderte.
—Pensé que no lo harías.
—Yo siempre cumplo mis promesas.
Sentía mi estómago hecho un revoltijo y casi se me salía del cuerpo. Según mi experiencia, las personas nunca cumplían con lo que me prometían. Pero tú lo habías hecho.
Estaba emocionado porque me preguntaras lo que habías estado pensando, así que esperé a que hablaras.
—Quería preguntarte si podíamos salir mañana a algún lugar... Claro, si quieres y si estás disponible.
"TYLER, TE ESTÁ INVITANDO A SALIR UN CHICO MISTERIOSO QUE CONOCISTE HACE UN DÍA, ¿QUÉ VAS A HACER AL RESPECTO?"
Mi mente pensó en eso automáticamente, en salir con una persona que no fuera Zack y que, aunque me gustaras, te había conocido apenas hace un día.
Lo único que hacía después de la universidad era leer, hacer mis tareas, escribir pequeños versos de canciones, ir a pasear en bicicleta por el vecindario o perderme escuchando música en mi recámara. Debo de admitir que no era la persona más ocupada en el mundo, pero para mí era mucho mejor pasar mis tiempos libres de esa forma que yendo a otro lugar. Aunque en esta ocasión se trataba de ti, así que lo pensé un segundo y respondí que estaba disponible.
Casi pude sentir como sonreías de alegría del otro lado de la bocina.
Me pediste la dirección de la universidad y dijiste que estarías esperándome en la puerta principal a las 15:30 p.m.
—¿A dónde saldremos? —pregunté curioso.
—Tú eres el que decides: a donde tú me digas mañana, iremos. Es una promesa.
Me habías invitado a salir. Yo no me la podía creer.
Nunca me habían invitado a salir.
—Descansa, Tyler.
—Igual, Josh. Buenas noches.
Luego de eso, colgué y fui a dormirme esperando el día siguiente con muchísimas ansias, Josh.