Capítulo 9: Abre tus alas.

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El alivio al ver que no era mi padre era inexplicable. Una mujer de unos 40 años estaba detrás de la puerta, sus ojos eran idénticos a los míos, su cabello le llegaba hasta los hombros. Su apariencia me resultaba familiar.

-¿Puedo ayudarla en algo?- pregunté.

-Si... estoy buscando a Fran. ¿Vive aquí?- preguntó la dama.

-Sí... Soy yo... ¿Quién es usted?

Al oír mis palabras la mujer solo sonrió y me dio un fuerte abrazo.

-Oh, mi Fran. ¿Ya no me reconoces?

-¿Reconocerla?, un momento, ¿Quién es usted?

-Fran.- dijo mientras me tomaba la cara y me miraba.- Soy tu madre.

No pude procesar lo que aquella mujer, que decía ser mi madre, decía. ¿Acaso era verdad? No podía serlo. Mi madre había muerto.

-Mi madre murió, no puede serlo usted.

-Oh...Claro que si Fran. Déjame pasar y podré probarlo.

Me tomó unos instantes decir que hacer con aquella mujer. Pero al final, decidí darle una oportunidad. Ella se sentó conmigo en el comedor, estábamos frente a frente.

-Supongo que si en verdad es mi madre, sabrá cuál es su nombre completo.

-Astrid Miller, el apellido era de tu abuelo que era escoses. Tu padre no quiso darte su apellido así que te di el mio, por lo que te llamas Fran Miller. Nacido el 13 de Mayo. Cuando tenías 6 años, querías que todas las noches te lea el mismo cuento 'El jaguar y la oveja', decías que era gracioso el final de la historia. Dormiste conmigo hasta los 9 años, porque te daba miedo la oscuridad de tu cuarto. Si quieres puedo seguir contándote cosas que solo tu sabes, para que me creas.

En ese momento mis ojos se llenaron de lágrimas, todo lo que acababa de decir aquella mujer era cierto. Solo pude romper en llanto y al ver esto, mi madre se levantó de su silla y vino a mi lado, para abrazarme.

-Mi amor, cariño... no llores... mami está aquí.

-Tanto años... ¿Cómo pudiste desaparecer así?- Dije llorando.

-Oh... mi vida... nunca quise irme... créeme, cuando llegue el momento, sabrás que pasó.

-Estas aquí ahora, ¿No? Puedes decirme que paso en realidad.

-La verdad es que no, cariño. Tenemos poco tiempo y debo decirte algo muy importante.

-¿Qué? ¿Poco tiempo para qué?- Pregunté secándome las lágrimas.

-Fran, escúchame. Pase lo que pase, no olvides abrir las alas- dijo de forma apresurada mientras me entregaba un collar con un dije que tenia forma de un ala.

-¿Qué significa esto mamá?

-No hay tiempo Fran.- Está sucediendo.

-¿Qué? Mamá, ¿qué está sucediendo?- pregunté asustado.

En ese momento, pude ver como las paredes empezaban a derretirse en la sustancia negra una vez mas, exactamente como había sucedido en mi última pesadilla. El suelo se había llenado completamente de la sustancia viscosa y de esta, lentamente comienza a emergerse una criatura completamente negra. Con forma humana, pero sin ningún rasgo.

-Es tarde.- Dijo mi madre.- recuerda que te amo y que debes abrir las alas.

-¡Mamá! ¡¿QUÉ ESTA PASANDO MAMÁ?!

En ese momento ella solo me abrazo, mientras la criatura se acercaba caminando de forma acelerada y abrupta hacia nosotros.

-¡Mamá!

Entonces, mi madre comenzó a brillar. Un resplandor que cagaba fácilmente comenzó a emanar de ella. Poco a poco la luz iba impidiéndome ver a mi alrededor, hasta solo poder ver blanco. Y tal como comencé a segarme, comencé a recuperar la visión. Lentamente pude ver que lo que me impedía ver era el brillo del sol, que me estaba dando directamente en la cara. Al recuperar la noción, pude notar que estaba en la cama. Acostado junto a Ana. No comprendería que había pasado, entonces busqué en mi cuello y allí estaba, el collar con el ala. ¿Había pasado realmente?

Ana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora