Por ti.

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—Dilo.

—No.

—¿Cuándo dejarás de ser tan orgulloso, Uryuu?

Ishida Uryuu suspiro. Hacia un año que habían vuelto de hueco mundo y entrando en cuestiones más específicas, un año que había iniciado una relación con Kurosaki Ichigo. Sí. Ese tonto shinigami que lograba desesperarlo hasta puntos inimaginables, era ahora su... novio.

—Lo mismo que sientes tú por mí lo siento yo por ti —murmuró, siendo apenas audible para el otro.

—¿Tan difícil fue?

—Cállate, Kurosaki.

—¿A qué viene eso de Kurosaki? Siempre me llamas Ichigo...

Ishida contuvo las ganas de golpearlo y mandarlo a volar muy lejos del lugar, pero muy dentro de sí se preguntaba a quién quería engañar, lo amaba realmente y sus contestaciones iban más encaminadas a proteger su orgullo que cualquier otra cosa.

—Ichigo, estoy congelándome, ¿podríamos entrar?

Estaba nevando, y lo había hecho toda la noche por lo que Ishida había tenido que envolverse en una gabardina de color azul claro con orejeras y bufanda blancas para que hicieran juego. Ichigo, por su parte, vestía una de color café con una bufanda azul.

—Tengo una mejor idea, te daré calor. —sin esperar a una contestación o avisar, lo abrazó por la espalda, haciendo que se sonrojara de inmediato.

—¡Ichigo!

—Vamos, tú solo camina y no te hagas del rogar —empezó a empujarlo levemente, obligándolo a caminar hasta que terminó por resignarse—. Está comprobado que el calor corporal es mucho más eficiente.

Ishida apenas y pudo contenerse de rodar los ojos.

—¡Ustedes dos son tan lindos! —Chizuru gritó en cuanto ambos pusieron un pie dentro del salón, enfatizando la última palabra y haciendo que Ichigo sonriera pero que Ishida se ocultara en su bufanda.

—Ichigo... —Murmuró y no porque le apenara aceptar que esta en una relación ni porque la misma fuera un secreto, solamente odiaba ser el centro de atención y no era un gran fanático de mostrar su vida privada a los demás.

—Vale, vale —Ichigo rió un poco, entendiéndolo y soltandolo para dejarlo caminar.

El arquero caminó hasta su lugar, evadiendo la mirada de los estudiantes que andaban por ahí.

—Buenos días Inoue-san, Sado-kun, Kuchiki-san —saludó, acomodándose los lentes antes de sentarse.

—Buenos días Ishida-kun, Kurosaki-kun —Orihime sonrió alegremente al ver el rostro enrojecido de Ishida y la felicidad de Ichigo.

—Ichigo, deja de intentar pervertir al pobre de Ishida —Rukia sonrió—. Mira como lo traes.

—¿Pervertir? ¿Yo? ¿Por quién me tomas? —El shinigami sustituto se cruzó de brazos, supuestamente ofendido.

Ante la risa de la mayoría, Ishida no tuvo de otra más que esconderse aún más en su bufanda.

—¿Vendrás con nosotros después de clases, Inoue? —Rukia preguntó después de dar un último vistazo a Ishida.

—Oh, lo siento mucho Kuchiki-san, pero Tatsuki-chan y yo saldremos de la ciudad para este fin de semana, ella tendrá su campeonato de karate y yo le prometí acompañarla —Orihime sonrió tristemente—. Nos iremos saliendo de la escuela.

Por ti. [Ichishi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora