Maris se congeló cuando escuchó un golpe en la puerta que conectaba su habitación con la de Ture. En las dos últimas semanas que Ture había estado aquí, jamás había llamado. ¿Habría pasado algo?
Más asustado de lo que debería estar por la idea, cruzó la habitación y abrió la puerta. Ture estaba de pie al otro lado, luciendo magnífico, pero avergonzado.
—¿Algún problema?
—No puedo creer que admita esto... No puedo dormir y me siento solo.
Maris sonrió con comprensión. A menudo también le pasaba eso. Antes de Zarya, siempre había tenido a Darling para consolarlo durante esas noches. Se quedaban despiertos durante horas, jugando y bromeando.
Ahora, tenía a Hauk como oponente, pero sólo cuando éste no estaba con una mujer. Aunque últimamente, Hauk se encontraba en un periodo de sequía que rivalizaba con la de Maris.
—¿Quieres entrar?
Un rubor se extendió por la cara de Ture.
Maris sonrió.
—No espero que te desnudes, cariño. Somos amigos.
Él resopló.
—No tengo muchos de esos.
—Bueno, me tienes a mí. —Maris dio un paso atrás para que pudiera pasar.
Ture todavía estaba indeciso. Durante las dos últimas semanas, deliberadamente había mantenido una gran distancia con Maris. Sabía bien que no debía sentirse atraído
por el amigo de un amigo, sobre todo uno tan querido para Zayra como Maris. Si ellos llegaban a involucrarse y no funcionaba, sería incómodo para todos.
Era lo último que quería.
Pero esta noche era el aniversario de la muerte de su hermana, y no podía respirar por los recuerdos y el dolor de su pérdida. Sólo necesitaba algo que le distrajera la mente durante un rato.
Mordiéndose el labio, se dirigió al pequeño sofá situado en el centro de la sala de estar de Maris.
—Guau —susurró, observando la elegante y espaciosa zona—. Y yo creyendo que mi habitación era enorme.
Maris sonrió.
—Son los aposentos de la reina. Bastante apropiado, a fin de cuentas. Ture se rió mientras se sentaba.
—¿Cómo terminaste aquí?
—Cuando Darling asumió el poder, me hizo mudarme de mi pequeña habitación en el ala de invitados a ésta, de forma que estuviera más cerca de su cámara situada ahora al final del pasillo.
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Encubierto y silencioso - 7o de la Liga
Acción7o de la Liga. Encubierto y silencioso Maris Suelle, uno de los soldados más feroces con el que jamás hayan contado los Phrixians, se ha sentido un extraño toda su vida. Creció escondiendo un secreto que le costó todo... su derecho de nacimient...