CAPITULO 15-

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Nunca olvidaría su cara, después de todo, es mi padre y... Bueno, lo que ahora importa es que hace aquí.

- Que quieres.- le dije seco.

- ¿No le das un abrazo a tu padre?- dijo con una sonrisa cínica, que daba mucho mal royo.

- Tu no eres mi padre.- respondí.

Pude ver un gesto de desilusión en su rostro. Pero da igual, este hombre no se merece que nadie le muerstre aprecio alguno.

- Bueno..- continuó el hombre- solo he venido para advertirte.

- Si es por tus deudas, ya están pagadas, no necesito que me adviertas de que un grupo de gente vendrá a por mi, por que ya lo a hecho...

Pude ver su rostro apenado, pero me da igual.

- No es eso... Solo aléjate.

- ¿He? ¿De que?- pregunté confuso.

- De ella.

¿Que? ¿Amy?

- Si, esa novia tuya... Es peligrosa. No por ella si no... Ah, solo déjala, podría causarnos problemas.- dijo el hombre.

Pero, quien se cree que es. No a estado en ningún momento de su vida conmigo desde que se murió mama, y de eso ya hace, y ahora ¿cree que puede separarme de la única persona que me cuida?

- ¿Nos? ¿Desde cuando estamos "unidos" papa?- mi cara expresaba exactamente mi odio hacia el.- no, y vete de aquí.

- Nat a venido.- dijo.

Quizás, eso haya sido lo único que me a hecho sonreír que haya salido de su boca. Nat, por fin.

Mi padre se levantó del suelo, cogió la botella y se dirigió al ascensor.

- Por favor Brad, si la quieres, déjala. Solo causará problemas. Te causará problemas. Nunca podrás hacerla feliz, ni protegerla.- seguía insistiendo.

- Papa, vete.

El solo respiró ondo y me dijo:

- Quedas advertido.

Sus palabras fueron claras, aunque espero que no se fuese pensando en que iba a obedecerlas. Se metió en el ascensor cerrando las puertas detrás de el. Me quedé parado durante unos segundos pensando en sus palabras. No tenían ni una pizca de cordura. Hay que contar con el hecho de que está borracho, y puede que solo necesitára cojer algo, ya que 4 meses fuera de casa son mucho tiempo. Tenía preguntas para el, donde a estado, que a estado haciendo, pero no. Me importa nada de lo que este hombre me diga o me explique. Siempre será el hombre que abandonó a un niño, su propio hijo.

Abrí la puerta de la casa, que olía mejor que cuando la dejé esta mañana. Se notaba su presencia, la de Nat.

- ¿Nat?- pregunté al cerrar la puerta.

- ¿Brad?- oí su voz desde el comedor.

Fui corriendo atrabesando todo el pasillo a la velozidad del rayo, y tardé unos 2 segundos, porque no es my grande que digamos.

Ahí estaba ella, sentada en el sofá con su movil. No se que estaría haciendo con el, pero lo que importa es que a vuelto.

Cuando me ve se levanta corriendo a abrazarme.

- Brad... Te he hechado mucho de menos.- se separó un poco de mi.

- Yo también, dando por hecho que eres la única familia que me queda...- dije agachando la cabeza.

Se tensó. Ella sabe que papa se fue hace mucho tiempo, pero jamás le conté nada de lo de las deudas. Poco antes de que se marchara a Londres, yo me enteré de las deudas que papa estaba acumulando, y intentaba saldarlas como podía. Cuando llegaba a casa después de encontrarme, por suerte o por desgracia, a Connor, siempre se asustaba al ver mis heridas o moratones por el cuerpo. Se preocupaba por mi. Hasta que mi tia decidió que debía estudiar en un colegio privado solo para chicas en Londres. Supongo que pensó que yo era un caso perdido. Peleas, malas notas.. no me pagaría la matricula ni de broma, pero a ella si, ella siempre fue la mas inteligente de la familia. Me sabe mal ser el hermano tonto, pero por eso no le impedí que se fuese, tiene que aprovechar sus oportunidades y yo no soy quien para impedirselo.

Wild Heart (The Vamps) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora