He recorrido calles asfaltadas, caminos con prados, con tierra y con el mítico barro. No he podido mirarlas de otra forma, mi punto de vista se organiza para desplazar todo aquello que veo para volverlo insulso, estéril, aburrido.
Quisiera que así me pasara con otras cosas tan típicas como el suelo que me sostiene por el peso. Quisiera, que tus ojos sean tan aburridos para mí como cualquier césped de la plaza, quisiera que tus brazos (brazos largos, que se me amarran en la imaginación una y otra vez) como cualquier calle asfaltada por la que giro.
Y no funciona. Sos tan karma como cuando te conocí, rondando las calles de mi mente, en momentos en los que no soy siquiera consciente.
Tus ojos, ojos barro y ojos diferentes entre los indiferentes. Que me miraron y aunque no fueron tan mitológicos para dejarme de piedra, me dejaron clavada, en la calle, la calle con nombre, la calle del camino a casa, la calle cualquiera, la del desvío, la que nunca debí tomar, la segura, la concurrida, la tuya dirigida hacia mí.
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Sólo letras
PoesiaEscritos breves, textos que contienen un pedazo de mí y mi visión del universo. ¡Qué lo disfruten!
