Marcan las ocho de la noche y aún sigo pensativa en mi habitación. Miro mi celular a cada segundo, esperando a que Ernesto me llame, ya que al parecer no quiere responder. Una semana hace que no va a la escuela y eso me pone los nervios de punta. Paso suavemente mis manos por mi cabeza y miro la hora cada segundo.
—Amy. —Miro hacia la ventana, siendo Jhon la primera persona a la que veo.Me levanto de golpe y me acerco a él, mirándolo con rencor. —¿Qué le hiciste a Ernesto, cobarde? —La furia que hay en mí se hace notable para él, quien me mira y lanza una carcajada llena de ironía.
—¿Cobarde? —Continúa riendo. —Mira quien lo dice. —Se sienta en mi cama, sin importale mi enojo. —Ya estás grande para andar culpando a otros de tus estupideces.
—¿Mis estúpideces? —Lo miro, aún parada.
—Sí, tus especulaciones estúpidas. —Sonríe perversamente. —Supongo que debo irme, al parecer has perdido la confianza en mí, Amy. —Se dirije a la ventana, con notable tristeza en su mirada.
—Espera, Jhon. —Poso mi mano sobre su hombro. —Perdóname, por favor.
Este se voltea y me lanza una bofetada.
—¿Hasta cuándo tendré que aguantar que te comportes como una zorra? —Me mira con asco. —Aunque igual me gusta cuando me miras así, con miedo.Me sujeta del brazo y me acerca a él, haciendo que lo mire fijamente a los ojos. Sus dedos pálidos se deslizan por mis mejillas con suavidad.
—Yo sé que a ti también te gusta, Amy. —Me dedica una mirada de deseo. —Te gusta ser maltratada, debes hacerme caso, Amy. Debes llevarte de mí. —Susurra con lástima, tocando mi cintura.Yo me dejo llevar por él, sintiéndome asustada y temiendo a cualquier cosa que pudiera hacerme.
...
Mis rodillas sienten el frío que ocasiona el agua que está posada en el piso del baño. Jhon me mira con lástima y me pide que lo haga. Es una locura -pienso- es algo ilógico. Me dijo que había encontrado otra forma de probar aquel líquido carmesí que tanto a él le gustaba.
—Un corte. —Dice en forma de canto. —Dos cortes, tres cortes, cuatro cortes, cinco cortes.La sangre se mezcla con el agua que corre y siento cómo voy perdiendo la fuerza durante cada corte.
—Hazlo, Amy.Succiono la sangre que rueda por mi piel, sintiendo aquel sabor metálico en mi paladar. Mi vista se ciega y caigo al piso, inconsciente. No había comido nada durante esos días, aparte el insomnio no me había permitido dormir, así que mi cuerpo no pudo aguantar más.
Me levanto con frío, en medio del baño y sola. Las heridas que había ocasionado en mi brazo izquierdo ardían terriblemente y mi cuerpo temblaba sin parar. Me levanto, apoyándome de las paredes y dirigiéndome al lavamanos. Limpio mi brazo y le coloco unas vendas para que mis heridas no se noten. Me miro al espejo y noto que las ojeras son más notorias que nunca.
Me quito toda la ropa y la cambio por una nueva; suéter púrpura suave y pantalón de pijama gris claro. Me siento en mi cama y miro hacia la puerta. Esta se abre haciéndome reaccionar, era mi tía.
—Amelia. —Se acerca y se sienta a mi lado. —Estos días no te he visto con ánimo. —Acaricia mi brazo.—No es nada, tía. Sólo necesito descansar. —Me acuesto y me volteo hacia la pared que daba a mi espalda y cierro los ojos. —Cierra la puerta cuando te vayas.
Los días pasan y continúo con la misma rutina de siempre, sólo que con menos ánimo. Ernesto jamás volvió a buscarme y yo jamás volví a verlo. Tal vez se había enojado conmigo y ya no quería saber más de mí. Jhon desapareció hace dos días, por lo que igual empecé a extrañarlo. Miro al reloj con desesperación, al ver que marcan las seis de la noche. Escucho la ventana de mi habitación sonar y automáticamente dirijo mi vista hacia ella.
—Jhon... —Este se para frente a mí y me mira con ternura.
—Quiero que me acompañes a un lugar. —Susurra a mi oído, tomando mi mano.
—Jhon... Yo... —Detiene mi habla colocando su dedo en mi boca.
Me ayuda a bajar por la ventana y me hace correr con él una vez abajo. Me lleva a un lugar, una casa vieja y abandonada. Se acerca a mí con lentitud.
—Esto es para ti, Amy. —Quita una sábana roja que cubre algo, haciéndome ver que debajo de ella había un piano.Este se sienta y antes de empezar a tocarlo me pide que me siente en el piso a contemplarlo.
Sus dedos se posan con suavidad sobre las teclas del piano. Su pelo negro se mueve con la poca brisa que se filtra por la ventana y sus ojos verdes miran con gran concentración aquel piano. Mientras lo toca, mi piel se eriza y este me mira, dedicándome una sensual sonrisa.
Su pálida piel lo hace ver magestuoso, lo más cercano a un dios. Sus dedos se mueven rápidamente, intentando tocar las notas a la perfección. Para de golpe y se levanta, me levanta del piso y sujeta suavemente mi cintura. Sin darme cuenta, ya me encontraba con un gran vestido azul, unas medias pantie blancas y unos zapatos blancos, de tacón con moderada altura.
—Él nunca te haría sentir como yo lo hago. —Nuestros pies se mueven al ritmo de aquella suave melodía que el piano hacía sonar. —Yo soy tu dios.Lo miro con admiración, sus ojos brillan al dedicarme esas palabras y este me levanta, dándome la vuelta y haciéndome sentir en las nubes. La música se detiene y vuelvo de golpe a la realidad, miro a Jhon sentado frente al piano, había terminado de tocarlo.
—Amy... Él definitivamente nunca te haría sentir como yo te hago sentir. —Se levanta y golpea la puerta de madera desgastada del armario de aquella casa abandonada. —Admira la verdadera belleza.Cuando la puerta se abre, puedo ver a una chica totalmente desnuda, amordazada, parada, con cada una de sus extremidades amarradas. La miro estupefacta, quedándome sin habla.
—¿Acaso no es esto perfecto, Amy? —Se dirige a mí y me pasa una navaja que tenía entre sus manos. —Quiero que tú lo hagas.Jhon sonríe perversamente, mirando a la chica que intenta gritar pero se le hace imposible.
—Hazlo por nuestro amor, Amy.Yo me acerco nerviosamente a la chica, mirando sus ojos que demuestran miedo, lo cual me hace extrañamente excitar. Levanto la navaja y sonrío.
—Lo haré por nuestro amor.
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Carmesí [En Edición]
Bí ẩn / Giật gânA él le encanta, A él le gusta, Mi sufrimiento, Él lo disfruta, Es delicioso, Prueba esta fruta, Te va a encantar; Sé buena puta. ----------------------------------------------- Todos los derechos reservados.