—¿Dónde estuviste antes de llegar a aquel lugar? —El interrogador apoya sus manos sobre la mesa y me mira fijamente.
Paso suavemente mi mano vendada por mi brazo derecho. —Estuve en un concierto de rock alternativo. —Agacho la mirada.
—En los análisis que te hicieron salió que habías consumido drogas. —Peina su pelo hacia atrás con sus manos. —¿Cómo las conseguiste?
—La hermana de Daniel me las ofreció. —Y no estaba mintiendo, estaba diciendo la verdad.
—¿No recuerdas nada más?
—Sólo recuerdo que desperté en esa casa, donde encontraron sus cuerpos sin vida. —Aquí es donde empiezo a mentir. —No recuerdo bien lo que pasó.
El interrogador me mira con lástima. —Cuenta todo lo que sucedió.
—Fui al concierto con Daniel y Emilia, apenas los acababa de conocer. —Rasco mi nuca. —Ellos me invitaron a aquel concierto y luego ahí dentro consumí las drogas que Emilia me ofreció. Desperté en aquella casa y cuando abrí los ojos aquel tipo estaba ahí. —Lloro lágrimas de cocodrilo. —Él intentó asesinarme, no sé porqué me dejó viva. Yo sólo intenté defenderme... Era mi vida o la de él.
El policía me mira y acuesta su espalda de la silla, expulsa un leve suspiro y me mira. —Puedes retirarte.
Salgo del interrogatorio y muevo el cuello de mi blusa, nerviosa. Los nervios que me había aguantado en el interrogatorio salieron a la luz.
...
Llego a casa con mi tía, la había llamado para que me llevara a casa.
—Ya deja de meterte en problemas, Amelia. —Lanza su bolso al sillón de la sala y me mira con cansancio. —Tendré que prohibirte salir por una semana. —Se dirige a la cocina con enojo.Yo me siento en el sillón de la sala y expulso un leve suspiro. Cierro los ojos por un segundo y cuando los abro veo a Jhon parado en el exterior de la ventana.
—¡¿Estás loco?! —Abro la puerta con rapidez y me acerco a él. —Si mi tía te ve ahí parado como un acosador tendrás serios problemas.Este me mira y sonríe. —Cálmate.
Lo miro con enojo y este mira por el rabillo del ojo a su izquierda, viendo a una chica que estaba parada en la ventana de la casa de al frente, mirándome. —¿Qué dices si esa es a la próxima persona que probamos? —Sonríe con una ternura falsa.
—Ya viste en el problema que me acabo de meter. —Golpeo mi dedo contra su pecho. —No quiero pudrirme en la cárcel.
Jhon se ríe, pero su sonrisa desaparece de repente, viéndose un rostro frío y sin expresión alguna. Me sujeta fuertemente de la muñeca y me jala hasta el patio.
—Parece que se te olvida que debes respetarme. —Acerca su rostro al mío y dice las palabras casi escupidas. —Por eso me irrita que conozcas gente nueva.Este alza su mano para golpearme y yo lo detengo.
—No más, Jhon. —Golpeo su entrepierna con mi rodilla y veo cómo cae al piso, muriendo de dolor. —Parece que no sabes utilizar tu inteligencia. —Escupo su rostro. —Ya deja de querer controlar mi vida.Me alejo de él con lentitud, no sin antes dedicarle una mirada de odio.
~•~
Quito mi ropa lentamente, dejándola a mis pies. Me dirijo suavemente a la bañera y abro la llave, para luego echarle jabón líquido al agua que cae. Me siento entre toda aquella espuma y paso mis manos por mis brazos.
—¿Puedo entrar? —Jhon me mira desde la puerta, con curiosidad.—Sí, puedes. —Le dedico una sonrisa. —Aunque espero que mi tía no nos encuentre.
Jhon quita toda su ropa y entra a la bañera, se sienta justo a mis pies. Me mira fijamente con esos ojos verde intenso y sonríe.
—¿Sabes qué hacen los adultos cuando se dan un baño juntos? —Pasa sus manos suavemente por mi pierna izquierda.—Jhon, apenas tengo catorce años y tú dieciséis. No somos adultos.
—Sólo déjate llevar por mí. —Se acerca a mí y junta sus labios a los míos. —Esto queda entre tú y yo, ¿Sí? —Lo miro con miedo, mientras este me besa.
~•~
—¡Ya estoy cansada de ti, Jhon! —Lanzo mis cosas al piso con violencia, haciendo un ruido estruendoso.Mi tía había salido a hacer unas compras y yo me había quedado sola en casa.
—¡Maldito el día en que te conocí! —Golpeo fuertemente la pared, haciendo que mis nudillos sangren. Me deslizo suavemente por la pared, quedando en posición fetal. —Te odio, Jhon...— Pero también lo amaba, yo amaba a Jhon. Miro al piso y cerca de mí, entre todo el desorden que había se encuentra una foto; una foto donde estábamos Jhon y yo. Acaricio con mi dedo pulgar el rostro de Jhon a través de la foto. Cuando deslizo mi dedo por este, Jhon desaparece de la foto y sólo me veo yo.Me levanto con rapidez, lanzando la foto y un fuerte dolor se apodera de mi cabeza. Sujeto mi cabeza con fuerza y doy un leve grito, cierro los ojos, intentando recuperarme. Cuando los abro veo alrededor y todo es rojo, la pintura que cubre mi pared es roja, justo como mi color favorito; rojo carmesí. A mi espalda se encuentra un armario, es negro. Me dirijo hacia él y lo abro con lentitud, escuchándose el chillido que hace la puerta al abrirse. Cuando miro, hay una niña sentada al fondo, esa niña llevaba un vestido blanco manchado de sangre, esa niña estaba llorando, en medio de un matadero. Poso mi mano en el hombro de la niña y ella voltea a mirarme; era yo. Del susto doy varios pasos hacia atrás y la puerta se cierra, quedando un espejo frente a mí. Cuando miro mi reflejo en aquel espejo, yo era Jhon, mi rostro era el de él y mi cuerpo también... Yo era... Yo era Jhon.
Despierto totalmente empapada de sudor, el miedo me consume y me encuentro acostada en mi cama, con pijama puesta. No recordaba en qué momento me vestí o fui a la cama, recordaba haber caído al piso.
—Qué tonta. —Una risa irónica se escucha. —Qué tonta eres, Amy. —Jhon saca el cigarrillo de su boca, exhalando el humo. Se encuentra sentado en el sillón que está en mi habitación.Me siento en la cama y lo miro.
—Te estás volviendo loca, ¿Verdad? —Se levanta y se sienta a mi lado. —Es porque tenemos días que no probamos a alguien. —Acaricia mi cabello con suavidad y me mira con lástima.—Jhon, ya te dije... —Este me hace callar.
—No digas nada más. —Lanza el cigarrillo al piso y lo pisa. —Sabes que lo necesitas. —Lo miro.
Me levanto de la cama con preocupación, dándole la espalda a Jhon.
—¿Estás seguro que no sospecharán de nosotros? —Encierro mis manos sobre mi pecho. —No quiero terminar mal, Jhon.Este se acerca a mí y abraza mi cintura.
—Todo estará bien, pequeña Amy.
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Carmesí [En Edición]
Gizem / GerilimA él le encanta, A él le gusta, Mi sufrimiento, Él lo disfruta, Es delicioso, Prueba esta fruta, Te va a encantar; Sé buena puta. ----------------------------------------------- Todos los derechos reservados.