Mis manos se perdieron entre aquellas sábanas blancas, mis piernas parecieran no estar ahí. Mis párpados piden a gritos no ser abiertos, mientras que mis labios duelen al estar tan pálidos.
Me levanto y camino suavemente por aquel frío piso, mis piernas tiemblan; sin fuerzas. Me sujeto del lavabo, evitando caer arrodillada en el piso del baño. Me desnudo totalmente, permitiendo que los rayos del sol que se filtran por la pequeña ventana del baño iluminen mis costillas marcadas a través de mi piel. Me meto a la ducha y dejo caer el agua fría sobre mi castaño pelo, sintiendo como si esta lanzara agujas que se clavan en mi piel cada vez que cae sobre mí.
Aún desnuda me dirijo hacia mi cama y me impresiono al verlo.
—¿Jhon? —Susurro, relamiendo mis labios.Ya no podía más, ya no podía soportar más esto, estaba a punto de enloquecer. No entendía cómo habíamos llegado tan lejos, no entendía absolutamente nada, sólo entendía que esto era más que un pecado mortal.
—Debemos hacerlo, Amelia.~•~
—Agáchate y lámelo. —Ordena mi madre, obligándome a limpiar la comida que había dejado caer.Mis piernas se doblan solas y caen al piso. Los nervios me hacen obedecer a las órdenes de mi madre.
Paso lentamente mi lengua por el frío y sucio piso, reflejándose en mi rostro una mueca de asco.
—Lámelo todo. —Me mira con burla. —Sé una buena niña.Mi estómago no aguanta más y expulsa toda esa sustancia repugnante, haciéndome vomitar. Mi madre se levanta de su silla y rápidamente jala mi cabello con violencia.
—¡Pedazo de mierda! ¡¿Qué te crees que haces?! —Grita con enojo, haciéndome lanzar un quejido de dolor.Me lleva a la habitación y me empuja haciendo que mis palmas y mis rodillas queden en el piso. Luego de esto levanta mi vestido azul, el cual ya estaba desgastado y sucio, notándose mis bragas blancas.
—A Dios no le gustan las niñas puras. —Susurra.Con sus propias manos, golpea mis glúteos con fuerza, haciéndome gritar. Luego me levanta sujetando mi brazo y me empuja hacia la pared, cerrando la puerta con llave. Yo me quedo en posición fetal, sollozando.
—Dios no existe. —Susurra un chico desde la ventana de la habitación, mirándome.—¿Cómo puedes comprobar eso? —Inquiero, levantando la cabeza y secando mis lágrimas.
—¿Alguna vez has hecho algo malo? —Pregunta sonriendo.
—No... Realmente no lo sé. —Me levanto, acercándome a la ventana.
—¿Entonces por qué ese supuesto Dios te está haciendo sufrir tanto? —Me mira con dolor.
Me quedo callada y limpio mi vestido, lo miro fijamente y con curiosidad.
—¿Quién eres? —No quito mi mirada de él al preguntarle.—Mi nombre es Jhon, aunque puedes llamarme J. [Jota] —Me dedica una cálida sonrisa. —¿Tú?
—Yo soy Amelia, también puedes llamarme Amy—Agacho la mirada.
Él se acerca más a la ventana y la abre, dejándome con rostro de impresión. Entra y se sienta a mi lado.
—Mi madre se dará cuenta de que estás aquí. —Susurro asustada.—No te preocupes, todo estará bien. —Me dedica un cálido abrazo. —Confía en mí.
~•~
—Esto lo harás por nosotros dos. —Murmura J, mirándome directamente a los ojos.
—¿Estás seguro de que esto está bien? —Inquiero con preocupación.
—Confía en mí, todo estará bien.
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Carmesí [En Edición]
Mistero / ThrillerA él le encanta, A él le gusta, Mi sufrimiento, Él lo disfruta, Es delicioso, Prueba esta fruta, Te va a encantar; Sé buena puta. ----------------------------------------------- Todos los derechos reservados.