Capítulo 10

1.3K 164 27
                                    

Coloca bien los guantes en tus manos, recuerda que debes utilizar pantalones largos, quemaremos la ropa cuando termines. Jhon me explica cada detalle para que nuestro crimen sea perfecto. Yo lo miro con admiración mientras lo hace y hago todo lo que me indica.
—Ya estoy lista.

Marcaban las seis de la tarde y la chica de al frente vivía sola. A Jhon le molestaba que esta nos vigilara, la verdad yo no sabía porqué ella lo hacía.

Bajo por la ventana junto con Jhon y cruzo con cuidado la calle. La verdad nuestra calle siempre estaba solitaria, por lo que era fácil hacer algo y ocultarlo. Mi corazón late con extremada rapidez cuando miro por la ventana de su casa desde el exterior y la veo en el sillón de la sala sentada.
—No te pongas nerviosa, apenas esto comienza.

~•~
—¡Ya estoy cansada de que digas cosas que no son de Jhon! —Lanzo las cosas al piso, haciéndolas quebrar.

—Amy, cálmate. Yo sólo...

—Te he dicho que te calles. —Mi mano hace impacto contra su rostro y esta coloca la suya en su mejilla.

Me mira y me devuelve la cachetada.
—¡A mí me respetas, Amelia Stritch! —Las mejillas de mi tía se tornaron de un color rojo, esta estaba realmente enojada.

El enojo me inunda y tomo un objeto de porcelana que decoraba la mesa, lo levanto con fuerza y cuando esta se voltea para alejarse de mí lo golpeo contra su cabeza. Ella cae al piso e intenta arrastrase en este, me mira con temor mientras lo hace.

Mis ojos no tenían brillo alguno, más bien estaban oscuros. La jalo del pelo y esta expulsa un suave grito, estaba estupefacta.
—Aprenderás a no meterte conmigo nunca más. —Me subo sobre ella y golpeo repetidas veces el objeto contra su cabeza.
~•~

Camino suavemente por la hierva del patio de la vecina de al frente y para mi suerte la ventana de su habitación estaba abierta. La abro con suavidad y entro allí. Las luces de su habitación estaban apagadas, al igual que la luz de la sala. La única luz encendida era la de la cocina.

Camino con cuidado por la habitación y veo un cuadro colgado a la pared, contenía la foto de alguien, era ella. La miré bien, con la luz que se filtraba desde la cocina y me quedé sorprendida, el cuadro cayó de mis manos haciendo ruido y cubrí mi boca con mi mano, me metí al armario y cerré la puerta al escuchar sus pasos acercándose a la habitación.

La chica de la foto... Era Kaorín.

La observo mientras entra a la habitación y recoge el cuadro que yacía roto en el piso, enciende la luz y mira a todos lados, pero no se da cuenta de que hay alguien. Vuelve a apagar la luz y cierra la puerta de la habitación. Yo salgo sigilosamente y miro a John sentado en su cama.
—¿Ya te diste cuenta de quién es? —John sonríe y acaricia su cabello.

—Jhon... Esto está mal. —Lo miro con impresión. —¿Quieres vengarte de Kaorín por haber hablado mal de ti hace tantos años atrás?

Este se acerca a mí y acaricia mi rostro.
—Sólo hazlo.

Salgo de la habitación con sumo cuidado y observo a Kaorín desde la cocina. John decidió quedarse en la habitación. La miro con curiosidad mientras esta se encuentra sentada en la sala.

Me agacho y gateo por el piso, acercándome detrás del sillón. Me levanto suavemente y saco el objeto punzante de mi bolsillo, poniéndolo en su cuello. Escucho la voz de John pero la ignoro.
—¿Me recuerdas, Kaorín? —Esta se queda calmada y no dice palabra alguna.

Carmesí [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora