Capítulo 6

2K 194 16
                                    

~•~
—¿No recuerdas el rostro del hombre malo que asesinó a tu madre? —El policía no deja de hacerme preguntas, mirándome con lástima. —Lo más mínimo que recuerdes, cuéntanoslo.

—No recuerdo absolutamente nada. —Agacho la mirada y paso mi mano suavemente por mi brazo derecho. —Lo único que recuerdo de esa noche es que mi madre me amenazó con un cuchillo.

El interrogador me mira con tristeza y muerde su labio inferior. —¿Qué tanto llegó a maltratarte tu madre? —Posa sus manos sobre la mesa.

—Un día me obligó a comer mis propios desechos. —Sonrío con ironía.

—¿Tienes amigos? —Intenta cambiar el tema. —¿Cómo se llaman?

—No tengo amigos. —Paso mi pelo detrás de mi oreja (Lo cual era señal de que estaba mintiendo) Jhon me había dicho que no mencionara nada acerca de él. —Mi única amiga es la basura, según mi madre.

—Supongo que es suficiente por ahora. Cierra la libreta y desvía la mirada hacia el otro policía que estaba a su lado. —Esta niña tiene un notable trauma.

Salgo del interrogatorio y me siento en el pasillo, los policías me habían dicho que alguien vendría por mí. Muevo mis piernas suavemente, mirando mi vestido sucio y mis zapatos desgastados.
—¡Pequeña Amy!—Escucho unos pasos que me hacen levantar la mirada. —Qué bueno verte.

Veo a una mujer de ojos casi grises y pelo castaño acercándose a mí. Llevaba un vestido azul, parecido al color del mío y su piel pálida le hacía ver como una persona adinerada.
—Qué niña tan bonita. —Me dedica un fuerte abrazo. —Tienes sólo doce años y te ves bastante grandecita. —Toca mis mejilla suavemente y me mira.

—No me toque. —Alejo su mano de mi mejilla, haciendo que esta me mire con temor. —Me da asco.

Ella se agacha hasta quedar a mi altura.
—Te ayudaré a recuperar tu confianza en las personas. —Me dedica una cálida sonrisa. —Quizás mi hermana...

—No quiero que hables de esa mujer en mi presencia. —La interrumpo y adelanto el paso. —¿Nos vamos?

—Nos vamos... —Ella se acerca a mí y toma mi mano suavemente.
~•~

Salgo de la ducha y mi celular no para de sonar. Exprimo mi cabello y coloco una toalla sobre él. Me dirijo a mi mesita de noche y respondo enseguida.
—¿Con quién hablo? —Contesto, al ver que el número era desconocido.

—Soy yo, Amy. —Su voz suena avergonzada. —Ernesto.

Coloco mi mano sobre mi boca y abro los ojos con impresión. —¿Dónde diablos has estado? —Me alegro, pero a la vez siento enojo. —Me diste un susto de muerte, creí que algo te había sucedido.

—Realmente no ha sucedido nada, Amy. —Su voz suena entrecortada. —Yo estoy bien, debí irme del país con urgencia.

Frunzo el ceño, confundida. Era extraño que de un día a otro Ernesto haya tenido que irse del país y más por una urgencia. Además de eso, desaparecer por más de un mes.
—El caso es que no podré volver al país. —Una pequeña risa se escucha al otro lado. —Adiós, Amy. —Cuelga el teléfono, dejándome con las palabras en la boca.

Lanzo el teléfono a la cama y me quedo pensativa. Me miro al espejo y poso mis manos sobre mis ojos, frustrada. Era casi un castigo no poder ver a Ernesto después de haberme encariñado con él. Lo peor de todo es que había culpado a Jhon de algo que nunca pasó, por lo que debía disculparme.

Carmesí [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora