Prólogo

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Prólogo

-¡Lou!-Harry gritó al ver pasar a su mejor amigo por la puerta de entrada de su casa, corriendo hacia él y saltando a sus brazos.

-¡Hola, Hazz!- contestó Louis con una pequeña sonrisa.

Harry muy pronto notó cómo Louis no sonreía igual que siempre y sus ojos se veían rojos, cómo cuando su madre le regañaba y gritaba y se ponía a llorar.

Harry bajó lentamente de Louis y preguntó inocentemente:-Lou, tienes tus ojitos rojos, ¿tu mami te ha gritado otra vez?-.

-Em, sí, creo que sí- contestó el castaño de ojos azules sin saber que responder, no le podía decir la verdad a Harry, no quería que él también llorara.

Harry cogió la mano de Louis y subió las escaleras en dirección a su habitación, no sin antes avisar a su mamá. Ya en su habitación, él jugaba con sus muñecas Barbie, mientras que Louis jugaba con sus cochecitos de plástico, haciendo ruiditos con la boca que a Harry le hacían reír.

Harry fue hasta la cama y se tumbó boca arriba en ésta, cerrando sus verdes ojos. Louis al darse cuenta subió a la cama con el de pelo lacio y rubio. Se puso a horcajadas encima de él, abrazándolo y dándole un beso en su frente y su nariz.

Harry soltó una pequeña risa y Louis le empezó a hacer cosquillas, haciendo que al menor le diera un ataque de risa.

-¡Louis, para!- gritó Harry. Louis se reía también, le encantaba hacerle cosquillas a su mejor amigo y que le pidiera que parara, claramente él no paraba, de ser así no sería divertido.

Después de unos minutos donde Louis hacía cosquillas a Harry y Harry pedía por piedad, pararon los dos y se quedaron mirándose, sonrisas en sus rostros y brillo en sus ojos. De un momento a otro a Louis se le fue la sonrisa de la cara y empezó a hacer pucheros, las lágrimas no tardaron en salir de sus ojos. Harry no tardó en preocuparse, era pequeño pero sabía que a Louis le pasaba algo, seguro se ha peleado con su madre, eso es lo que él pensaba.

-Lou, a tu mami se le pasara pronto el enfado, no te preocupes.-dijo el rubio convencido.

-Sí- cada vez se sentía peor al mentirle- me puedes dar besitos, así dejaré de llorar.

Harry no lo pensó dos veces y se acostó de lado, mirando a Louis, frente con frente, empezó a darle cortos besitos, en su frente, su nariz, en sus mejillas, en su cabello, en sus labios...

Después de muchos besos de parte de Harry, se quedaron dormidos, abrazados, con las piernas entrelazadas y posturas incómodas.

Cuando Harry se despertó el cielo estaba oscuro y la habitación estaba vacía, Louis no estaba a su lado. Se levantó de la cama lentamente y fue a buscarlo al baño, no había nadie. Fue a la planta de abajo pero allí tampoco lo encontró.

Su madre se encontraba cocinando, le preguntó por Louis, ella sólo dijo que se había ido, pero que mañana volvería, él se conformó con eso.

Al día siguiente Harry estuvo esperando a Louis todo el día, su peluche favorito en mano y la corona de flores que más le gustaba a Louis.

El cielo ya estaba oscureciendo, y Anne, la madre de Harry, le aviso de que Louis hoy no podría venir, que otro día sería. Harry no estaba feliz, sentía que algo raro pasaba, pero no sabía el que.

Así pasaron los días, Harry esperando y Louis sin aparecer. Las vacaciones de verano ya se estaban acabando y Harry cada vez se sentía más triste, pues extrañaba jugar y pasar el tiempo con su Lou. Pero aún tenía esa pequeña esperanza de que Louis entrara por la puerta y le dijera que no había podido ir porque estaba castigado.

-Hazz, cielo, ven a hablar con mamá.- Harry dejo el control remoto de la tele en el sofá y fue a la cocina, donde se encontraba su madre.

-¿Que pasa mami?

-Cielito, te voy a contar una cosa, pero no te puedes enfadar, prométele a mami que no te vas a enfadar.

-Tranquila mami, no me voy a enfadar, te lo prometo, yo nunca me enfado.

- Ven aquí.- Harry se acercó a Anne y ella se puso de cuclillas frente a su hijo, cogiendo sus pequeñas y delicadas manos.-Tu sabes que Louis hace un poco de tiempo que no viene a casa,- los ojos del pequeño se cristalizaron al pensar en su amigo de ojos azules- y es hora de que sepas que Louis y su familia se han mudado a Londres- a Anne le dolía mucho tener que ser ella la que le decía a su pequeño, sabía cuánto Harry quería a Louis.

-¿Y qué pasa si se han mudado a Londres?- preguntó inocente, él no sabía que no volvería a ver a Louis. Anne no quería darle más vueltas al asunto y fue directa al grano.

-No lo volverás a ver, cielo, Londres está muy lejos de Doncaster.- a medida que Anne decía la frase, lágrimas caían de los ojos de Harry, se sentía tan triste en este momento, y su pecho dolía, él quería que Louis viniera, lo abrazara y dijera que todo era mentira, eso era lo que más quería en esos momentos. Salió corriendo de la cocina y fue directo a su cuarto, tropezando en las escaleras a causa de que las lágrimas le hacían la vista borrosa. De un portazo cerró la puerta y lloró, lloró por horas, cómo si el mundo dependiera de ello, no volvería a ver a su Lou y eso le destrozaba, Louis era su mejor amigo desde que salió de la barriga de su madre, desde aquel momento nunca se habían separado, hasta ahora.

Ocurrió inesperadamente- L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora