Beauty
Especial: Nuevo salón de clases.
Con el tiempo muy de cerca pisando sus talones, Yuuri se apresura en alistarse para salir lo más rápido posible de su habitación y así poder dirigirse a la entrada principal de su hogar. En la puerta, una mujer de baja estatura lo espera, a quien Yuuri se acerca para depositar un suave beso en su mejilla a modo de despedida, recibiendo un cariñoso y muy maternal "Cuídate" como respuesta a su gesto.
El sonido de la puerta cerrándose resuena en su mente, pues es imposible escucharlo a la distancia que se encuentra, solo es algo que su consciencia reproduce gracias a su rutina diaria.
Poco a poco la casa donde vive se va haciendo cada vez más distante conforme sus pasos avanzan alejándose del lugar, más y más pequeña hasta parecer tan solo un diminuto punto ante sus ojos cuando voltea de vez en cuando para saber si su madre sigue ahí, asegurándose que él llegue sano y salvo y sin ningún inconveniente a su corto destino. Su madre es una mujer que siempre está velando por su bienestar.
Pese a mostrar una imagen serena y tranquila, en realidad, Yuuri está nervioso y ligeramente asustado. Lo acostumbrado es que tenga un semblante pasivo sin ninguna muestra de alteración o cambio en él; pero, lastimosamente, hoy no es así. Hoy hay una pequeñísima variación en su horario de todos los días.
¡Es tarde, muy tarde!
Como puede, hace todo lo que está a su alcance para llegar a tiempo a la parada del autobús, justo cuando éste se detiene ahí para recibir a más pasajeros. Sus piernas nunca antes habían hecho un esfuerzo tan sobrehumano, no obstante, todo lo que hace vale la pena porque logra alcanzar el transporte público y un asiento libre.
Una vez ubicado en su respectivo lugar, se permite relajarse y observar por el cristal de la ventana el paisaje que va recorriendo, colocándose los audífonos y eligiendo cualquier canción al azar para así poder distanciarse un momento del mundo terrenal y de todas las preocupaciones que conlleva ello. Sus hombros se alivian de toda tensión previa presente, recostándose ligeramente sobre el espaldar del asiento.
Mientras trata de distraer su mente con la letra de la canción que escucha y el panorama que pasa frente a sus ojos, no puede evitar pensar en los recientes acontecimientos de su vida. Todo le parece difícil de creer, si no es porque es él quién está involucrado en esto, no lo creería.
El tiempo ya no es como antes. Las horas, los días, las semanas, los meses, ¡hasta los años!, pasan de una forma tan rápida que uno a penas y puede darse cuenta que ya es un nuevo día. En un abrir y cerrar de ojos terminó su segundo mes del año en el instituto de idiomas, ahora está a punto de iniciar su tercer mes, uno de los más complicados, puesto que es el último del nivel básico. Es aquí cuando se decide si es apto para pasar al siguiente nivel: el intermedio; o repetir el ciclo.
Pero por ahora eso no es lo que le causa preocupación, confía en su intelecto, más bien, el dueño de sus pensamientos constantes es el destino al cual se dirige, uno nuevo y desconocido, uno que involucra un nuevo salón de clases, nuevos compañeros y un nuevo docente.
Suspira.
Ni él esperó un cambio tan inesperado y menos de esa manera.
Yuuri se encontraba en su habitación disfrutando de su tiempo de ocio luego de haber cumplido con todos sus deberes en casa, cuando un tintineo llamó su atención, al buscar el origen del sonido comprobó que era una nueva notificación en su correo electrónico. Se sorprendió aún más al ver el nombre del remitente del mensaje.
Dio un click en el mensaje y rápidamente pudo ver el contenido. Era un comunicado de la universidad donde estudiaba, solicitaban su presencia en el plantel de la institución con suma urgencia.
Aún puede recordar cuál fue su reacción ante la nada esperada noticia.
Su turno de estudios superiores había pasado de ser nocturno a diurno y eso implicaba no solo cambios en su horario universitario, sino, también en su horario de clases de inglés. Ahora está en el turno tarde de sus clases del idioma extranjero y hoy es su primer día en él.
Realmente aún le cuesta asimilarlo del todo. Es un cambio brusco para él. Extraña a su antiguo salón de clases, sus compañeros, a su profesora, sobre todo a Yuko, ¿qué hará Yuuri sin ella? Yuko es una pieza vital en su monótona vida.
Entonces, el género de música cambia, provocando que regrese al mundo real, donde al mirar por la ventana nota la característica pastelería que siempre anda cerrada durante el día. Se levanta de su lugar para ir avanzando hacia la puerta de salida y anunciar su pronta bajada.
Una vez en suelo firme, apresura su paso, tratando llegar lo menos tarde posible a sus clases, ya suficiente tiene con saber que lleva un cuarto de hora de retraso.
Ingresa al local, saludando al vigilante con un rápido movimiento de mano y pasando a correr escaleras arriba. Sus pasos resuenan solitarios por las gradas de metal, pero pronto no son los únicos, unos pasos ajenos se unen a los suyos en el constante sonido retumbante. No obstante, ignora aquello, su principal prioridad es llegar lo más rápido posible y así evitar un Late en su historial de registro impecable de asistencia, aunque sabe que eso es imposible.
A pesar de los inconvenientes que tiene, sonríe abiertamente cuando llega al tercer piso y logra ver el número de la puerta que está al fondo del largo pasillo, es el mismo que el que está en su recibo de pago donde se indica su próxima aula de estudios.
Cuando ya de pie frente a la puerta de cristal, se detiene un momento para recuperar su estabilidad corporal, tratando de normalizar su respiración acelerada, debe cuidar la primera impresión para su nuevo o nueva docente. De pronto, escucha a alguien acercarse rápidamente hacia donde se encuentra pero antes de que pueda ver de quién se trata, la puerta se abre repentinamente. Por un segundo es capaz de ver una mancha deforme de color amarillo reflejada en el cristal del vidrio antes de que su atención sea acaparada por completo.
—Good afternoon~!
Delante de él, un hombre de cortos cabellos plateados lo saluda con una curiosa sonrisa. Yuuri no tiene idea de que decir, mientras estaba en casa preparándose para salir estuvo pensando en qué debería decir cuando llegara, sin embargo, ahora su mente está en blanco y su boca se niega a emitir palabra alguna hasta que ve como su nuevo profesor sostiene entre sus manos un pequeño cartel con letras inscritas en él.
Yuuri reconoce el cartel, es el mismo que Miss Connie solía colocar en la puerta cuando sus compañeros llegaban tarde. Las palabras escritas ahí son las que se deben decir para poder pasar a clases. Yuuri sabe lo que debe hacer.
—Sorry, I'm late. May I come in... please?
La respuesta es inmediata.
—Yes, yes. Come in, please~
Algo dudoso, hace caso a la indicación dada, viendo como el profesor se mueve a un lado para dejarle el paso libre. Empero, no todo acaba ahí.
—Hello, Yurio~!
Al darse la vuelta, su gruñón compañero de su antigua clase está entrando al salón mientras lo escucha maldecir.
¿A dónde fue a parar?
--------------------
N. A:
¡Oh, cielos! La que le espera a Yuuri :'v
Cuando puse el "Fin" en el anterior capitulo era porque de alguna forma lo que pasó en ese capítulo cambió algo en Yuuri, como el final de una etapa. La historia que sigue luego de eso es una nueva etapa con muchas sorpresas para Yuuri :)
Espero que haya sido de su agrado este especial que no será el único ;)
Gracias por leer *inserte corazón*
(
ESTÁS LEYENDO
Beauty [Yuri!!! On Ice]
Fanfiction[AU] Para algunos la belleza exterior es más importante que la belleza interior. Para otros es todo lo contrario. Pero para él, todo aquello le era irrelevante porque no poseía ninguna de las dos. Él solamente era él, Yuuri Katsuki, un muchacho como...