Beauty [Yuri!!! On Ice]

6. Después de clases.

Notas de Ukyo:

En mi defensa diré que esta fue una semana muy agitada (?) iba a publicarlo el lunes pero debido a las actividades del centro donde estudio no pude D: pero al fin me libré de alguito y puedo traerles este capítulo :'D

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Beauty

Después de clases.

-Ya llegué.

Tan pronto como entra, cierra la puerta cuidadosamente, a la vez que pone el pestillo del seguro en ella.

Al ser el último en ingresar a la morada, debe asegurar la puerta principal de ésta para evitar que alguien no deseado irrumpa en la tranquilidad de la casa cuando ellos se encuentran descansando en la comodidad de sus camas sin ser conscientes del peligro acechante.

En medio de la oscuridad, teniendo cuidado de no tropezar, Yuuri camina con cautela a través del largo y estrecho pasillo hasta la siguiente puerta que conecta al resto de la casa.

Al llegar, no encuentra a nadie ahí. Todas las luces están apagadas, a excepción de una. La luz encendida proviene del cuarto de la cocina, Yuuri tiene una clara idea de quién puede estar en ese lugar.

Con pasos sigilosos se acerca a la iluminada habitación. Al asomarse por el marco de madera, ve a una mujer de baja estatura, que alegre tararea una canción. Ella está concentrada, removiendo con un cucharón de palo el contenido burbujeante de la olla encima de la hornilla encendida de la cocina. Tan concentrada que no repara en su presencia hasta que decide dar a conocer su reciente llegada.

-Buenas noches, mamá.

La nombrada mujer da un pequeño salto en su sitio al escuchar su voz, sorprendida. Al verlo parado en el umbral de la puerta, deja de lado todo lo que está haciendo para ir a su encuentro y darle la bienvenida.

-Bienvenido, Yuuri.

Con un rápido beso en la mejilla y un reconfortante abrazo responde al cálido gesto de la mujer que le dio la vida y un hogar. Y ella, con una voz impregnada de dulzura pregunta a su hijo.

-¿Deseas cenar?

El exquisito y atrayente aroma del delicioso potaje que se está cocinando en la cacerola de aluminio hace que por un momento ponga en duda su respuesta. Sin embargo, al recordar lo que pasó hace unas horas y ese extraño malestar, dice lo que su consciencia dicta que es lo correcto, aunque no le gusta ver el rostro desanimado de su madre al darle una negativa.

-No tengo apetito.

Una ligera curvatura se forma en sus labios que de manera silenciosa, sin necesidad de palabras pide comprensión ante su respuesta, porque esta es una de esas inusuales veces que él no cenará junto a su familia. Mas el suave asentimiento y la dulce sonrisa que Hiroko Katsuki dedica a su hijo le da a entender que lo comprende.

El nulo sonido que envuelve al ambiente es solamente interrumpido por el contenido de la olla hirviendo y la música que proveniente de la pequeña radio a pilas que su querida mamá usa como compañía cuando cocina. Tal vez su madre es la única persona presente en la casa aparte de él.

-¿Papá? ¿Mari? ¿Dónde están?

Su madre, quien regresa a su labor de cocina, responde a sus preguntas mientras va agregando la papa y el zapallo picado a la sopa de verduras.

-Mari ya se ha marchado y papá aún no regresa. Ha surgido un trabajo de última hora.

-Ya veo.